miércoles, 2 de mayo de 2012

A lo cubano

Se ha ido. Ya ha terminado todo. En el fondo me volvía algo loca y me ha resultado raro no haberle dado un buen beso de despedida. Quería un nuevo comienzo. Volver a empezar. Hacer las cosas bien, decía. Maldito vividor tú qué sabrás de hacer las cosas bien... Y yo me quedé buscando noche tras noche al dueño de aquel libro que encontré encima de la cama, que bien sabía que no era de aquel Moreno con lunar en la cara. No sé por qué, yo, ensimismada en mis historias de princesas, me quedé buscando al chico que en aquel asqueroso bar, moría por llegar a casa para devorar las palabras que había escritas en aquellas hojas. Maldita curiosidad. Me hubiese encantado descubrirlo, y hablar de Hemingway, quizá de Miller o de Pérez Reverte. Incluso de Valeriè Tasso, quién sabe. En cambio, una alegría más y ninguna preocupación. Tampoco está de más. A dormir, que mañana toca recuperar todo el son cubano que he dejado hoy.

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