viernes, 11 de mayo de 2012

Nos sobran los motivos

Este adiós, no maquilla un "hasta luego",
este nunca, no esconde un "ojalá",
estas cenizas, no juegan con fuego,
este ciego, no mira para atrás.

Este notario firma lo que escribo,
esta letra no la protestaré,
ahórrate el acuse de recibo
estas vísperas, son las de después.

A este ruido, tan huérfano de padre
no voy a permitirle que taladre
un corazón, podrido de latir
este pez ya no muere por tu boca
este loco se va con otra loca
estos ojos no lloran más por ti.









Asumir que por mis mejillas resbalan lágrimas de desamor es tan doloroso que no pienso hacerlo. Sin embargo, después de tantos días acepto que por algún lado tendría que salir y por unos minutos me doy tregua cediendo a Sabina la virtud de expresar todo lo que siento... Impasible. Implacable. Inmune. Así me mostré. Así me viste. No hay más tampoco. ¿Pero qué esperas? Vas a casarte. Vas a cumplir aquello que durante un tiempo fue mi sueño contigo. Y, cierto es, que sólo anda más lejos ahora mismo de mi futuro soñado que un vestido blanco, un vestido blanco contigo. Pero no puedo evitar, como Ser Humano que soy, y por tanto con alta tendencia masoquista, imaginarme lo que está siendo y lo que hubiera sido. Esperas que me despida con un beso en los labios, suave y dulce. Esperas que lo apruebe. O quizá esperas que irrumpa en la Iglesia el día acordado y diga que yo tengo todas esas razones que a ti te faltan para no casarte. Pero ambos sabemos que no lo haré. Lo cual no quiere decir que hoy no me esté retorciendo de dolor al recordarte con mis padres, en mi casa. Al recordarme con tus padres, en tu casa. Al recordar cada conversación, cada sueño. Aquel Limoncelo en unos jardines de Milán, aquella foto que aún conservo y alguna que otra sonrisa. No puedo evitar... Pensar en lo que fue y en cómo lo estropeamos. Y en el fondo creo que ambos nos alegramos de haberlo estropeado porque vivimos algo realmente intenso, pero sabíamos que no era sano. Lo cual ahora nos hace ser algo más felices. Pero cada recuerdo es una nueva punzada en este ya casi sano corazón. 

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