lunes, 21 de mayo de 2012

Así nace el amor.


Lo peor es que lo sé y que él también lo sabe.

El amor. Eso de lo que llevo huyendo meses... De repente, ha decidido asomarse a mi puerta en forma de vecino. Escribo esto mientras siento mi corazón latir fuertemente, mucho más fuerte de lo que me gustaría.  Por primera vez siento que no puedo controlarlo. Y en el fondo ni si quiera sé si quiero. Sé que sería una historia de seis semanas como mucho, y lo estoy tratando de evitar, porque imagino todo lo que ello conlleva. Pero no puedo. Sin darme cuenta, dejo la puerta de mi casa abierta mientras hago limpieza. Últimamente hago más limpieza que nunca. Juego con el hijo de uno de los vecinos (yo, esa misma que expresa la compañía de estos pequeños seres como poco agradable...)y me quedo fuera el mayor tiempo posible, aún sabiendo que tengo que estudiar. No voy a la biblioteca por si acaso decide dejarse caer por aquí. Y espero hora tras hora, minuto tras minuto. Estoy alerta cada vez que suena el timbre... ¿Y lo peor? Sé que él también. Tímidamente se asoma cuando me siente merodear e intentamos establecer una conversación. Hablar. Para que no se oiga el latir de nuestros corazones que parece que están masticando cristales. 


Esto se tiene que acabar... pero en el fondo, no quiero. Creo que ya me gusta demasiado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario