sábado, 5 de mayo de 2012

¿Dónde estabas?

Por fin hemos conseguido estar cinco minutos a solas. Nos sentamos en uno de los bancos de la Universidad. Llueve. Decidimos refugiarnos en la galería. Comienza a hablar. Al principio creo que estoy soñando, o imaginando, porque no doy crédito a lo que escuchan mis oídos. No quiero escucharlo. No por Dios, que no esté sucediendo. -Sé que no debería ser así, porque ya ha pasado más de un año, pero aún no he podido olvidarme de ti.- No, por favor, tú no. Tú no puedes ser como los demás. Cambio mi cara por completo. El amor es bonito, es maravilloso sentirlo, pero no cuando hay una tercera persona, Julián, joder, llevas casi el mismo tiempo que llevas tratando de olvidarte de mí, con tu nueva novia, joder. No puede ser que me estés diciendo esto. Tu futura esposa, va a dejar su lugar de origen para estar más cerca de ti, quiere vivir a tu lado... (Inocente de mi, que no tengo ni idea de las palabras que va a pronunciar después). Sigue hablando, tan seguido y tan profundo que por un momento dejo de escucharle. Casi tengo ganas de vomitar. Gracias a Dios, no siento nada, absolutamente nada, pero... ¿y si lo sintiese? Maldito hijo de puta. Eres absolutamente como todos. Indignada le vuelvo a repetir que cómo puede hacer esto, cuando su pareja está a punto de dejar todo por estar a su lado. Y entonces... no sin antes repetirme que no quiere olvidarme, que nunca se va a perdonar lo que me hizo, me cuenta que han decidido vivir juntos, que se van a casar. Echo a correr. No me sale otra que correr lo más rápido que pueda, lo más lejos. Los caminos de la Universidad se hacen infinitos, pero con esfuerzo consigo llegar a la puerta del metro. Pálida, a duras penas, logro bajar al anden y allí, me siento. Respiro y dejo que se escapen varios trenes antes de coger el mío. No me puedo mover. Estoy totalmente paralizada. Si acaso tenía alguna esperanza de que el amor existía... Justo hoy, se había apagado. ¿Cómo podía ser?. Me imagino en el lugar de esa chica, ilusionada, porque su chico le ha pedido que vivan juntos, o simplemente ha accedido, quién sabe... Y mientras tanto, un Jueves cualquiera, él le confiesa su amor a su ex novia... Maldito hijo de puta. Te mereces lo que tienes. Una vida infeliz. Pensé que sólo conocía a un cobarde capaz de hacer esto, pero he logrado entender que no. He logrado entender que esto simplemente es así. Y esta historia se repite. Y mientras tanto, yo, dormiré sola. No quiero que me llegue uno de estos imbéciles que te embaucan para robarte la vida mientras ellos tratan de vivir una paralelamente a la vuestra. ¿Qué pretendías con esto? Y lo más importante, ¿dónde estabas cuando todo acabó? ¿dónde estabas cuando mi alma se tiró por el balcón? Me alegro, me alegro muchísimo de que sea tarde.

No hay comentarios:

Publicar un comentario