viernes, 9 de septiembre de 2016

Cuando me veáis reír y soñar muy fuerte,
Seguramente sea que él está cerca.
Me niego creer en ti.
Resulta imposible que existas
Ya sabes.
Nunca quise hacerte daño.
Ni siquiera pensaba
que existía la posibilidad
de que yo,
una insignificante yo,
pudiera herir a alguien como tú,
ya ves.
Siempre tan puño cerrado,
quién iba a imaginar
que detrás de eso,
había un conejito
encarcelado.
Ya sabes que voy por la vida
como quien pisa los charcos
casi sin querer
o a coletazos.
No me doy cuenta
si estoy volando
o en el suelo agonizando,
yo qué sé.
No me tengas en cuenta,
ni pienses que voy a balazos.
El poeta solía llamarme
"niña de la vida destrozada"
ya ves,
no hay nada, absolutamente nada,
que temer,
y mucho menos que envidiar.
Recoge tus armas,
ve a otro campo,
que aquí no hay batallas,
aquí sólo encontrarás
los abrazos.

Ven a mí, ahora que nadie nos ve, ahora que lo verde de este jardín entró en la austeridad anónima de una noche de verano. Ven a mí: si vienes, las estrellas seguirán siéndolo, la luna no se cambiará con colores ultrajantes ni habrá metamorfosis dañinas. Nadie verá que tú vienes a mí. Ni siquiera yo, pues yo ya estoy muy lejos, yo ya estoy en otro mundo, amándote con una furia que no imaginas…
~Alejandra Pizarnik~


A veces
me acuerdo de no quererte
y me va bien.
Luego llegas
con tu risa
y tus colores al sol
y resulta imposible
no enamorarse de tanta vida.


Entonces

las sombras

lo invaden todo,
y no dejan rastro
de eso que pareciste ser tú
eso que es tú que yo conozco
lo que fuimos
cuando éramos dos
contra el mundo.
Viento
marea
tempestad
locura.
La yo que fui contigo
antes de tenerte tanto
miedo.

viernes, 2 de septiembre de 2016