jueves, 3 de mayo de 2012

Cómo contarte.



Querido mejor amigo,

Me he enamorado. Sí, lo he hecho. Y eso sin creer en el amor. Lleva varios pendientes y seguramente su plan más lejano sea sobrevivir al día de hoy... ¿Pero sabes qué? Es el mismo plan que el mío... No es mala idea, ¿no? Es dulce como una lluvia de verano y me hace sonreír, no es eso suficiente, ¿querido amigo? Yo creo que sí, pero también creo que no es posible.

Querida abuelita,

Si acaso supieras... Me he enamorado. Y seguramente no se santigüe antes de comer. Ni llevará camisa. Con sus pantalones caídos podrás sonrojarte, abuelita. Tiene un andar despreocupado y me hace reír. No tiene nada. Su casa y su perrita, ¿no es eso suficiente? Supongo abuelita, que la estirpe se extinguió. No habrá presentaciones en sociedad. Finalmente no busco alguien que encaje en ese prototipo elitista abuelita. Ya no existen las clases. Ni la derecha o la izquierda. No existen las cosas banales, abuelita, no para mí al menos. Pero sé, sé que en el fondo te alegrarás por mí. Aunque sea demasiado para ti, para  poderlo aguantar de tu nieta preferida, pero sé, abuelita que tu espíritu joven hará que te sonrías, aunque no seas capaz de decirlo.

Querido papá,

Sé que no es lo que esperabas para mí. A pesar de todo, tu estricta educación te hace erigirte en el conservadurismo. Pero sé que de nuevo me mirarás con alegría y admiración, por forjar poco a poco mi camino.

Querida mamá,

No hace falta que te explique nada. Tú ya lo sabes todo.

Querida hermanita,

Sé que te sorprenderás igual que hiciste al ver de forma permanente algo escrito en mi muñeca, pero sé también que me creerás algo menos alejada de tu camino, aunque te parezca excesivo. Y sé que te enamorarás de su risa.

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