lunes, 7 de mayo de 2012

Cagada tras cagada.

De todos los chicos que he conocido en estos últimos días, sin duda, él es el mejor. Y sin embargo... Supongo que por miedo a enamorarme de verdad le estoy dejando marchar. Así... Un chico guapo, inteligente y perfecto. Ayer se me olvidó su cumpleaños. Eso no es lo peor. Lo peor es que verdaderamente le molestó (lo cual es normal cuando te importa alguien, claro está). Me comentó que hasta una amiga mía se había acordado... Mierda. Soy lo peor. Pero bueno, en el fondo sabrá que es lo que quiero ahora mismo en mi vida, y de esta manera, si no buscamos lo mismo, podrá irse por donde ha venido, digo yo. Pero empiezo a pensar que realmente es alguien que merece la pena. Y eso me hace temblar el corazón. Había decidido ser la tita Patri, la soltera vividora a los cincuenta. Pero de repente, he tenido miedo, miedo a perderle por mi estupidez, lo reconozco. No sé qué pasará. De momento, le esperaré con una tortilla de patatas cuando vuelva a Madrid. Mi abuela ayer me dijo que debía aprender a cocinar, que a los hombres se les conquista por el estómago. Y eso es lo único que sé hacer... Y la verdad. No pienso aprender nada más. Aunque a ella no se lo diga. A mi también se me conquista por el estómago, qué le voy a hacer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario