viernes, 30 de diciembre de 2011

Tristeza

Francamente triste, derribada por la certeza de que el amor verdadero no existe y que lo ultimo que nos queda es la búsqueda necesaria del placer inmediato. Aunque la curiosidad te mate y unos celos controlados te hagan tener ganas de levantarte para mirar quien habla desde el otro lado. Estoy harta, harta de la gente que no cree en el amor verdadero, harta de pensar que soy un bicho raro maltrecho de la sociedad. No me voy a conformar con un rato de placer y una sonrisa... Jugaremos durante un rato, lo pasaremos bien, pero tengo que seguir en mi búsqueda, mi búsqueda de mi príncipe azul,.. Ese que siempre llega, ese que tiene para mi una rosa cada mañana y que quiere un yo tanto como yo quiero un el. Y un nosotros, tan importante, por encima de todo, un nosotros... Y me pregunto si me pasare el resto de la vida en busca de ese príncipe azul, pegando sorbitos de amor desamparados de quien me deje... Y triste, triste porque no le encuentro, triste porque no existe. A veces me planteo por que no seré capaz de conformarme con lo que todo el mundo tiene... No existen los príncipes azules me decís... Pero no, no pienso conformarme, no pienso cesar en la búsqueda... Y si muero sin haberlo encontrado, al menos... Habré pasado toda mi vida en busca de la felicidad... Seré una loba solitaria de esas que hay por ahí... Y qe hacen y deshacen a su antojo porque aun no han encontrado a alguien lo suficientemente bueno para hipotecar su vida por el... Y sabes que? Si lo encontrase lo haría una y otra vez

sábado, 17 de diciembre de 2011

Desastre tardío.

Después de una tarde insípida y malgastada. Encerrada entre estas ocho paredes, enciendo la radio que viene incorporada en el Transmisor Digital Terrestre e intento poner algo de música clásica, para ver si Vivaldi, Mozart, Bethoven o cualquiera de los nuevos genios me echan una mano con ésta mi pésima concentración, y resulta que en el canal de la música clásica no dejan de parlotear, de eso que tanto molesta. Voces hablando de algo que no te interesa, no hay nada peor que eso. Y acabo escuchando cadena Dial, la que yo llamo, Cadena Mortal, y mira que me gusta... pero te lleva a morir,  y sigo acordándome de tí y del lío en que estoy metida y del cómo se lo voy a contar a mi psicóloga el próximo día que la vea. No sé por dónde narices voy a empezar. El caso es que ni si quiera estoy hecha un lío, simplemente estoy metida en él. Y no sé muy bien cómo salir. O sí lo sé, pero no me da la gana, porque estoy simplemente a gusto, y tranquila. Recordaba aquellos días en que los nervios se llevaban toda mi tranquilidad y la tristeza me robaba la sonrisa, y no sé cómo pudo pasar y cómo ahora controlo todo de esta manera tan fácil, tan cómoda... No sé cómo ha pasado... son las doce y cinco y he dejado atrás a mi príncipe y ando buscando a alguien nuevo, a quién no le importe que a media noche me convierta en una simple doncella, con un vestido roto, el pelo con restos de grasa de limpiar, y que vaya cantando con los pajarillos de allí para acá. No quiero el príncipe con el que tengo que salir corriendo a las doce, para que no se dé cuenta de quién soy en realidad. Quiero ir al baile con el mejor vestido, y que si de repente, todo desaparece, siga siendo igual de maravilloso...


Por Siempre Jamás.


Yo también creí una vez que mi cuento de hadas era para Siempre...



Luego, me dí cuenta de que lo debía actualizar.

Resaca numérica.

Me despierto con una resaca numérica increíble. Buf! qué dolor de cabeza... Ayer debí quedarme estudiando hasta tarde. No recuerdo demasiado. Miro a mi derecha... No puede ser! qué hace el aquí... Mierda, vino a estudiar, debimos quedarnos hasta tarde. Odio las resacas numéricas. Le miro. Me estoy liando. Lo veo claro. Me levanto, se despierta, me mira y me sonríe. Mierda, ¿por qué me sonríe? No deberías estar en mi cama, pienso mientras le sonrío. Me intenta empujar hacia la cama de nuevo, le retiro y voy a por un buen café, necesito despertar. Voy encendiendo el ordenador. Se levanta y me dice que se va. Me besa en la frente. ¿Mañana más, no?, me dice... Mañana más qué? Estoy muy confundida, necesito descansar, dejo el café en la mesa y vuelvo a la cama mi grandiosa y enorme cama, sola. Ya, sólo necesitaba eso. Ahora lo recuerdo todo, vino a estudiar y me quedé dormida mientras hacía una integral triple para hayar el flujo del campo magnético. Resaca numérica. No vuelvo...







(Diario de una loca.)

Maldita Soledad.


Maldita ésta, mi soledad, que me hace esperarte.





Hay una canción que dice: "Yo estaba muy cargado y ella estaba sola".
Explica la insignificante existencia del Ser 
y el por qué algunos hacemos lo que hacemos. 
Por qué él hace lo que hace .
Por qué ella hace lo que hace.

Esperarle es un entretenimiento de mi soledad.
Venir, es  un juego del demonio bañado en alcohol.
Qué más da.


viernes, 16 de diciembre de 2011

Enajenación mental pasajera.



Negada a escribir algo porque la cantidad ingente de trabajo que tengo es máxima, recibo un halago y mis dedos corren solos a pulsar el botón de "Nueva entrada". No sé si es mi impulso controlado de escribirte lo que me inspira o es el saber que hay alguien ahí que lee, aunque sepa de sobra que no eres tú. Quizá sea mi absurda curiosidad que me lleva a investigarte cual proyecto importante del FBI, y saber que aún sigue ella en tí. Y cuánto duele saber eso. Saber que esperas ansioso su llegada, mientras yo espero ansiosa el momento de verte. Ni si quiera sé por qué. Pero eres como una maldita droga, y hoy tengo ganas de tí. Y de tí tengo ganas cada día y no sé por qué estás lejos. Aquí puedo tener lo que quiera, pero no, siempre me dijeron que era una niña caprichosa y mimada... no sabía hasta qué punto. Supongo que algo así no se puede olvidar, ¿verdad? ¿No puedes? ¿No quieres? Me tengo que desenganchar... Pero no me dejas... Y cuando ella vuelva, ¿qué? ¿qué narices vas a hacer cuándo ella vuelva? No tienes nada planeado... Lo imaginaba. Ella tampoco lo tuvo cuando se marchó, e igual que te rompió el corazón, lo harás tú conmigo, como yo lo hice con él y seguro que alguien lo ha hecho ya con ella... Esto es así, una maldita rueda que gira. Pero bueno, yo sólo estoy inspirada no se sabe si por una motivación inesperada, por mis hormonas, o por tí.  Pero qué más da, se trata de una estado de enajenación mental pasajero... No hay nada de qué preocuparse.

Hoy tengo ganas de tí...