martes, 29 de mayo de 2012

Por primera vez la oveja se comió a la zorra.



Ahí me tienes. Repartiendo amor. 
Queriendo que te quedes una noche a dormir. 
Y yendo a tomar un helado mientras los libros se amontonan.

No hago otra cosa que repetirme que no es el momento, 
pero eres como un maldito imán. 
Y mientras mi cabeza piensa no
mi boca únicamente dice que sí.

Sálvame de mi estigma.


Carrie Bradshaw


Cada día mi vida se parece más a la de Carrie Bradshaw. Sí, yo, esa que ponía en sus redes sociales, menosSexoenNuevaYorkymásrealidades. Aquí me encuentro, en una pequeña casita en el centro de una gran ciudad, con unas amigas perfectas y con tanto Sexo como en Nueva York contando al mundo entero la vida de una pobre chica que se vino a la ciudad en busca del amor, hasta que acabó convirtiéndose en algo más que una simple búsqueda. La vida se ha tornado rosa, divertida y fantástica. Pero ahora estoy preocupada, el amor ha llamado a mi puerta. Sí, literalmente. Ya no es necesario salir un Sábado por la noche, no. Hemos vuelto a lo de antes. A conocerse, encontrarse a diario hasta que el chico decide dar el paso... Y así ha sido. Y ahora él ha entrado en mi vida. Un bohemio en mi vida bohemia. Perfecto. Además ambos sabemos que esto se acabará pronto. Él se irá. Yo me iré. Llegará Septiembre, o Junio... Y nos tendremos que ir... Pero ahora, ahora es perfecto. Es tan perfecto que me aterra. Me nubla la mente, la mirada y el corazón. Es libertad, es amor. Efímero o no, pero lo es, amor.


Got 2 Luv U.

sábado, 26 de mayo de 2012

Yo me quedo en Madrid, yo me bajo en Atocha.





Dicen que todo es más bonito cuando es efímero. Pero esta es la primera vez que siento lo que he sentido aquí, en esta pequeña y humilde corrala de vigas verdes. Siento que tengo una familia. Gente que me ha cogido cariño en poco tiempo. Se preocupan si estoy mal y se ponen felices si todo va bien. ¿Y lo mejor? Yo siento lo mismo.

Salgo a pasear y me encuentro a Sezlu, el chico de Bangladesh, que tiene una tienda de frutos secos justo un par de casas más abajo y es licenciado en Sociología en su país. Hablamos y me pregunta por cómo está mi familia. Saluda a Dan con amor e intenta jugar suavemente con él. Sigo un poco más adelante y mi vecino pequeño me asalta para que vaya corriendo a su casa que tienen una visita nueva que quieren que vea y su padre a lo lejos le apoya, insistiendo en que entre. Al entrar, me encuentro a la señora Alicia, a quien por cierto, tengo que llevar unos bombones, ¡porque me apetece! Nos damos los buenos días y le sale un: ¡qué guapa estás hija! Y yo entro riendo. Me acerco a la casa con la visita indicada! y sorpresa! un cachorrito. Me quedo, juego, sonrío. Hablo con mi vecina de su hija, a la cual, de modo altruista he decidido ayudar en sus estudios el tiempo que me queda aquí por el cariño que les he cogido... Y decido entrar a estudiar otro rato. Entro sonriendo. Noto que bajan algo la voz, quien sabe si preocupados porque yo estoy estudiando. Todo es perfecto aquí. Me pregunto si es porque realmente es perfecto o porque es efímero, pero realmente me importa poco. Lo importante es que soy realmente feliz aquí.

Y justo ahora, me tengo que ir...

Yo me bajo en Atocha, yo me quedo en Madrid.

viernes, 25 de mayo de 2012

Y Se desarma la Luna, sólo con tocarla.



Quedamos cerca del suelo, a la altura de tu cintura
O quedamos cerca del suelo, donde se refleje la Luna...

Dime por qué


Escogiste a la más guapa
y a la menos buena.




Después de un invierno malo, una mala primavera...
Dime por qué estás buscando una lágrima en la arena.

martes, 22 de mayo de 2012

El chico de la puerta de al lado.


Creo que nunca me había sucedido esto. O sí. No lo sé, pero no lo recuerdo. Quizá con el innombrable. Pero no creo que con nadie más. Cuando me habla, me quedo callada sin saber bien qué decir. Y creo que   pasan varios segundos en los que le miro sin darle ninguna respuesta, mientras dejo a mi cabeza libremente  pensar: joder, mira que es guapo! y entonces ya vuelvo a la realidad y me doy cuenta de que llevo unos segundos eternos mirándole y en los que él no encuentra ningún tipo de explicación. Y así se repite una y otra vez... Con lo fácil que sería esto en una discoteca. Bebería un par de copas de más, merodearía un rato cerca de él y listo. Ya tendríamos nuestros teléfonos, hablaríamos, empezaríamos a coger confianza y ya nos iríamos a tomar un café. Es lo mejor del siglo veintiuno. Te evita malos tragos. Pero no, hay que hacerlo a la antigua usanza. Pasar por los mismos sitios a ver si te lo encuentras. Ser excesivamente amable con su familia... Y todo para conseguir lo mismo. Pero claro, con una salvedad. Lo que te produce este pequeño infierno, por el que pasas, hasta lograr cruzar más de una sola palabra, es mucho más intenso. Por desgracia es tan intenso que te hace pensarlo continuamente. Te hace actuar de manera estúpida de forma repetida y te crea unos animalitos revoloteando en la parte central de tu estómago que puede que ni si quiera supieras que existen. Y lo peor... Tiene consecuencias. Graves. El amor. Y yo estoy harta de hablar de amor. Pero tengo unas ganas inmensas de irme a tomar una cerveza con el chico de la puerta de al lado. Mierda!

lunes, 21 de mayo de 2012

Así nace el amor.


Lo peor es que lo sé y que él también lo sabe.

El amor. Eso de lo que llevo huyendo meses... De repente, ha decidido asomarse a mi puerta en forma de vecino. Escribo esto mientras siento mi corazón latir fuertemente, mucho más fuerte de lo que me gustaría.  Por primera vez siento que no puedo controlarlo. Y en el fondo ni si quiera sé si quiero. Sé que sería una historia de seis semanas como mucho, y lo estoy tratando de evitar, porque imagino todo lo que ello conlleva. Pero no puedo. Sin darme cuenta, dejo la puerta de mi casa abierta mientras hago limpieza. Últimamente hago más limpieza que nunca. Juego con el hijo de uno de los vecinos (yo, esa misma que expresa la compañía de estos pequeños seres como poco agradable...)y me quedo fuera el mayor tiempo posible, aún sabiendo que tengo que estudiar. No voy a la biblioteca por si acaso decide dejarse caer por aquí. Y espero hora tras hora, minuto tras minuto. Estoy alerta cada vez que suena el timbre... ¿Y lo peor? Sé que él también. Tímidamente se asoma cuando me siente merodear e intentamos establecer una conversación. Hablar. Para que no se oiga el latir de nuestros corazones que parece que están masticando cristales. 


Esto se tiene que acabar... pero en el fondo, no quiero. Creo que ya me gusta demasiado.

martes, 15 de mayo de 2012


Mientras, seguiré soñando con que esta foto fue robada de un acto heroico, de un beso en medio de una auténtica guerra.

El tercer mundo ya está aquí.



Todo se está yendo a la mierda. Lenta y discretamente. Yo mientras, escucho en mis grandes cascos y con un poco de migraña aún, de la voz de Bob Marley, everything is gonna be alright. A ver si acaso Bob me convence de que todo va a ir bien. Pero cuando después de diez horas sin poder a penas abrir los ojos por culpa de este dolor tan inaguantable en mi cabeza enciendo el ordenador y lo único que oigo son voces de desazón, cualquier tipo de esperanza, de presunción de buena fe, de creencia en un mundo mejor, de sueños, desaparece... Cualquiera. Sí, soy débil, lo sé. Pero estamos de mierda hasta las orejas, amigos. No sé con precisión que intentan hacer los indignados, porque intenté informarme y hace justo hoy un año, vi que lo que defendían era defendible, pero lo estaban haciendo realmente mal. Empezaron con violencia y decidí desinteresarme. Además, esto de las aglomeraciones a mi no me agrada especialmente. Pasó el tiempo y me encantaría decir que las tormentas se calmaron, pero no es así, no. La gente tiene pesar, la gente está incómoda, no llegamos, no podemos cubrir las necesidades básicas. Nuestros ahorros comienzan a desaparecer y la gente enfurecida se echa a la calle. Creo saber que muchos no saben ni por qué están indignados, simplemente, es la palabra que describe a la perfección cómo está nuestro cuerpo, nuestra mente a día de hoy. INDIGNADA. Yo lo estoy. ¿Pero sabemos bien por qué se aglomera toda esa gente en Sol? ¿O no hay que tener motivo? Simplemente estar indignado. Maldita sociedad.... Y yo despierto de mi letargo emocional y veo a Laura, una chica que pasaba por allí, y que hizo realidad mi miedo presente, el cual hace que en los últimos tres días haya decidido no moverme mucho de casa... Por lo que pueda pasar. Le cogieron. Veinte horas en el calabozo y llena de moretones por todo el cuerpo. Ella estaba indignada como todos, pero ni si quiera había ido a la defensa de la causa, como podría haberme pasado a mí. Estás en el sitio equivocado en el momento equivocado. Maldita sociedad. Malditos todos. Decido olvidarme por un segundo de Laura y leo otro relato que habla de un padre de familia, en la cola del supermercado, con una bolsa de pasta y un par de litros de leche, pidiendo encarecidamente que alguien se apiadase de él y de su familia, y cómo la gente consigue ignorarle, excepto una chica joven seguramente con menos ingresos que ninguno de los presentes pero llena de ilusión por un mundo mejor. Rompo a llorar. Ya no lo aguanto más y repito en voz alta... Maldita sociedad. Por un momento me solidarizo con aquel hombre y su dolor y mi dolor de cabeza desaparece por completo. Ojalá pudiera hacer algo desde aquí. Cada día lo intento. No iré a ningún tercer mundo a solucionar el problema del hambre o el analfabetismo, el tercer mundo ya está aquí. Prepárense. Todavía viene lo peor.

domingo, 13 de mayo de 2012

El hombre es el único animal.



Tras una visita inesperada y un par de llamadas de auxilio no contestadas decido emborracharme. Sí. Con el estómago vacío después de un día de mierda, voy a la nevera en busca de algo que refresque mis entrañas y me encuentro con unas cervezas de importación que alguien un día me trajo. Las he bebido una tras otra y me apetece un pitillo a rabiar. Lástima que de eso no tengo. Lástima cuando miro el vidrio vacío encima de la mesa y rompo a llorar. Lástima por cada lágrima derramada. Por cada gota de esfuerzo que he puesto para que fueras feliz. El infierno ya se acaba. Ya desaparece. Las lágrimas comienzan a desaparecer y mis venas ya están cubiertas. Cubiertas de alcohol. No tengo nada mejor. No pienso ofrecer nada mejor. No pienso regalarte un minuto más de mi sufrimiento. No pienso hacerlo. Mañana cuando pueda caminar tranquila por mi casa, habré aprendido una buena lección. Una lección que nunca olvidaré. Mi felicidad no tiene precio, no sirve entregarla porque nunca nadie la valorará como yo.

El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.

Just put me out of control.

sábado, 12 de mayo de 2012



Me levanté hasta los huevos de vivir.
Te vi pasar y ahora ya vuelvo a sonreír.

Nadie más.



Me ha temblado todo el cuerpo cuando he leído el mensaje: -Si te apetece subo a verte a Madrid un fin de semana de estos... - Mentiría si dijese que no me lo he imaginado una y otra vez. Pero me he agobiado. Un hombre en mi cama, y además un fin de semana entero. No. No lo quiero. Ni si quiera recuerdo su nombre! Maldita sea.. En el fondo me apetece, pero no lo sé... Decido decir que tengo muchas cosas que hacer, quizá por miedo, aún no lo tengo muy claro. Pero prefiero dejar las cosas como están, porque así están muy bien. Y mira que me gusta... Pero no puedes quedarte chico sin nombre, no, no puedo enamorarme de ti. No puedes enamorarte de mí. Y eso... Es demasiado tiempo juntos, demasiado... Sí. Mejor están las cosas así. Dan y yo. Yo y Dan. Nadie más.

Fin de la historia.


Me siento en mi mesita, con un zumo de piña en la mano que deposito en una taza con las letras inscritas de love,  de un amor ya olvidado. Hoy he terminado mi novela. La había cogido cariño. Algo extraño sucede cuando terminas una novela. Te sientes feliz, satisfecho con tu trabajo, porque ya la has terminado y es una historia más que añadir a tu colección, y sobre todo, porque ya sabes el tan ansiado final. Esperado o no, pero realmente ansiado. Además sabes que así podrás empezar una nueva. Tendrás que elegir otra víctima, o hacer que baje ese montón que ya tienes preparado para cuando termine la que estoy leyendo. Pero por otra parte odias que se haya acabado, lo odias con todas sus fuerzas porque te enamoras de sus protagonistas, de cada una de sus letras, te metes en la vida del personaje principal, el cual siempre sueles imaginar a tu antojo... Y al fin y al cabo, te tienes que despedir. Y a mí, no me gustan nada las despedidas. De hecho, a pesar de tener la estantería llena de libros para cuando termine la que estoy leyendo, he estado a punto de comprarme la siguiente, la que supuestamente continúa la historia simplemente para no despedirme de mi querida Val.

Aún así, siempre te recordaré.

Life.


Fly me to the moon.

viernes, 11 de mayo de 2012

Lo único que no ha cambiado.


Sí. Pensándolo bien ya no soy esa niña que tomaba zumo de piña entre una multitud etílica. Pensándolo bien, no soy esa niña que iba cada Domingo a la Iglesia. Ahora, a veces, ni si quiera sé si creo en Dios. Qué iba a hacer que cambiases de opinión si ya no soy absolutamente nada de lo que fui. Amanezco en algún coche con las venas borrachas por tu amor insano. Lo único que no ha cambiado en mí desde aquellos tiempos eres tú, y mis ganas de tenerte entre mis brazos. Quizá eso sea lo único que no ha cambiado en mí.

Nos sobran los motivos

Este adiós, no maquilla un "hasta luego",
este nunca, no esconde un "ojalá",
estas cenizas, no juegan con fuego,
este ciego, no mira para atrás.

Este notario firma lo que escribo,
esta letra no la protestaré,
ahórrate el acuse de recibo
estas vísperas, son las de después.

A este ruido, tan huérfano de padre
no voy a permitirle que taladre
un corazón, podrido de latir
este pez ya no muere por tu boca
este loco se va con otra loca
estos ojos no lloran más por ti.









Asumir que por mis mejillas resbalan lágrimas de desamor es tan doloroso que no pienso hacerlo. Sin embargo, después de tantos días acepto que por algún lado tendría que salir y por unos minutos me doy tregua cediendo a Sabina la virtud de expresar todo lo que siento... Impasible. Implacable. Inmune. Así me mostré. Así me viste. No hay más tampoco. ¿Pero qué esperas? Vas a casarte. Vas a cumplir aquello que durante un tiempo fue mi sueño contigo. Y, cierto es, que sólo anda más lejos ahora mismo de mi futuro soñado que un vestido blanco, un vestido blanco contigo. Pero no puedo evitar, como Ser Humano que soy, y por tanto con alta tendencia masoquista, imaginarme lo que está siendo y lo que hubiera sido. Esperas que me despida con un beso en los labios, suave y dulce. Esperas que lo apruebe. O quizá esperas que irrumpa en la Iglesia el día acordado y diga que yo tengo todas esas razones que a ti te faltan para no casarte. Pero ambos sabemos que no lo haré. Lo cual no quiere decir que hoy no me esté retorciendo de dolor al recordarte con mis padres, en mi casa. Al recordarme con tus padres, en tu casa. Al recordar cada conversación, cada sueño. Aquel Limoncelo en unos jardines de Milán, aquella foto que aún conservo y alguna que otra sonrisa. No puedo evitar... Pensar en lo que fue y en cómo lo estropeamos. Y en el fondo creo que ambos nos alegramos de haberlo estropeado porque vivimos algo realmente intenso, pero sabíamos que no era sano. Lo cual ahora nos hace ser algo más felices. Pero cada recuerdo es una nueva punzada en este ya casi sano corazón. 

Lo guardaba en el cajón...


¿Quién me ha robado el mes de Abril?
¿Cómo pudo sucederme a mí?
Lo guardaba en el cajón donde guardo el corazón.



(Joaquín Sabina)

Cerrado por derribo.

jueves, 10 de mayo de 2012

Lola





Fue mujer serena hasta el instante
de entregarse presta a todos sus amantes.
Es tiempo de llanto, es tiempo de duda,
de nostalgia y de tu locura.
Tienes el consuelo de saberte llena
de cariño limpio y amor sincero,
por que nadie supo robar de tus besos
eso que hoy te sobra y que nadie añora.  

miércoles, 9 de mayo de 2012

Sobreviviré.





Pelo acrílico, cuero y tacón.
Maquillaje hasta en el corazón.

martes, 8 de mayo de 2012


Dance me to the end of love.

A un imposible.


Será mejor que hoy vaya a dormir.

Take me to Manhattan. Otra vez.


Dime la verdad... ¿me has echado de menos?
Llévame contigo Mr.Tú.
Deja que me encuentre en ti,
Piérdete en mí.
Porque yo... te he echado de menos.

Los caballeros las prefieren rubias.

lunes, 7 de mayo de 2012


Amapola lindísima amapola
Amapola
¿Cómo puedes tú vivir tan sola?

No sé si aguantaré.


Y mientras tanto con dos chocolatinas de más sobrevivo otro día a este insufrible destino. No sé cuánto más aguantaré. No sé cómo ser fuerte. No sé como adiestrarme para no dudar. No sé cómo no imaginarlo. No sé cómo enseñar a mi pequeño corazoncito a aguantar. Ya vendrán tiempos mejores... Suena por ahí. Mientras, de fondo, los Beatles cantan Tomorrow never knows... Y rezo por sobrevivir un día más. Por no dudar, por convencerme de que nada es tan importante. Lágrimas de decepción recorren mis mejillas. Una vida perfecta. La rubia platino deseada. Todo lo que cualquier persona podría desear, en mis manos. Y aún así, nunca me conformo. Nunca es suficiente. Nunca es lo bastante bueno para mí. No sé si aguantaré otro día más. Decido salir, que me dé el aire. Al volver veré una película de Marilyn, a ver si acaso ella me inspira. A ver si así, al menos, mañana he recuperado la lucidez. Dios mío, deja que aguante hasta mañana, aunque sea por inercia. Porque Tomorrow never knows. Hoy simplemente es un día malo.

Equivócate en tu duda.


Y mientras tanto, equivócate en tu duda
Y en tu cama ponle cura a tus instintos. 
Y a tu voz ponle mi nombre, que murmuras
y se esconde, tómate un tiempo mi amor...
Que yo viviré esperando.

Tómate un respiro,
deja que nuestras piedras se las lleve el río,
guárdame un atajo
si vas en precipicio no mires abajo
dale la vuelta al Sol.
Y mis lamentos se confunden con tu risa, 
pues tu amor no tiene prisa.
Si te encuentro en plena calle, imagina que no existo
que soy nueva en tu vereda,
que si pasas esa prueba
no habrá pena que nos calle.

Y mientras tanto, háblame con tu silencio
y reemplázame en tus celos
sacrifícame en tu almohada y en tu piel.
Y mientras tanto, equivócate en tu duda
y en tu cama ponle cura a tus instintos...

Tómate un tiempo mi amor...
Que yo viviré esperando.

Amapola.


No tengo palabras.







Foto de un artista Trujillano. Chuty.

Días improductivos.



Empiezo a ganarme la categoría de parásito social.
Sólo me sale leer. 
Sólo me sale escribir.

Cagada tras cagada.

De todos los chicos que he conocido en estos últimos días, sin duda, él es el mejor. Y sin embargo... Supongo que por miedo a enamorarme de verdad le estoy dejando marchar. Así... Un chico guapo, inteligente y perfecto. Ayer se me olvidó su cumpleaños. Eso no es lo peor. Lo peor es que verdaderamente le molestó (lo cual es normal cuando te importa alguien, claro está). Me comentó que hasta una amiga mía se había acordado... Mierda. Soy lo peor. Pero bueno, en el fondo sabrá que es lo que quiero ahora mismo en mi vida, y de esta manera, si no buscamos lo mismo, podrá irse por donde ha venido, digo yo. Pero empiezo a pensar que realmente es alguien que merece la pena. Y eso me hace temblar el corazón. Había decidido ser la tita Patri, la soltera vividora a los cincuenta. Pero de repente, he tenido miedo, miedo a perderle por mi estupidez, lo reconozco. No sé qué pasará. De momento, le esperaré con una tortilla de patatas cuando vuelva a Madrid. Mi abuela ayer me dijo que debía aprender a cocinar, que a los hombres se les conquista por el estómago. Y eso es lo único que sé hacer... Y la verdad. No pienso aprender nada más. Aunque a ella no se lo diga. A mi también se me conquista por el estómago, qué le voy a hacer.

sábado, 5 de mayo de 2012

Kapital


Después de un rato llego a la conclusión de que mis amigos creen que es hora de que vuelva a tener una relación. Creo que me ven sola, perdida, o algo así. O quizá su frustración por no poder irse de la discoteca con otra persona, ya que yo soy la única soltera, es lo que produce que acaben escogiendo al chico más guapo de la mayor discoteca de Madrid y lo echen a mis brazos. Intento huir, pero para cuando me quiero dar cuenta ya estoy encima de aquél parisino de cara perfecta. Alto, moreno, ojos claros y sonrisa perfecta. -Lo siento.- balbuceo en inglés. - Mis amigos están locos y me han empujado hacia ti.- Trato de que me entienda. - ¿Hay algún problema con eso? - Dice Matthie. Es realmente perfecto. La verdad es que no hay ningún problema. Pero hoy estoy cansada, me duele la cabeza y estoy algo harta de los chicos perfectos. Es educado, dulce y atento. Trata de acompañarme a casa, dice que no debo ir sola. Es lo que cualquiera querría. Lo que yo misma querría para mí. Sin embargo... Estoy cansada. Decido irme. E irme sola. Quiero descansar. Y, no sé por qué a pesar de lo ebria que estoy tengo unas ganas locas de recuperar mi lectura. Consigo escapar. Mis amigos creen que me voy con el francés. Se desilusionan al ver que él se queda y yo me voy. El camino a casa se hace algo largo a pesar de estar cerca. Pienso en lo perfecto que es. Y en que ya mañana le llamaré. Consigo llegar a casa y tras unos mensajes de decepción de mis compañeros, y un tratamiento facial, cojo a mi víctima y me la meto en la cama. No recuerdo mucho, sólo sé que me desperté con el libro en la cara... Creo que no pude leer mucho más que un capítulo, pero sé que fue una situación perfecta. Dan acurrucado a mis pies y Valeriè Tasso en mis manos. Esto sí que es vida. Lo siento por el chico de París.

¿Dónde estabas?

Por fin hemos conseguido estar cinco minutos a solas. Nos sentamos en uno de los bancos de la Universidad. Llueve. Decidimos refugiarnos en la galería. Comienza a hablar. Al principio creo que estoy soñando, o imaginando, porque no doy crédito a lo que escuchan mis oídos. No quiero escucharlo. No por Dios, que no esté sucediendo. -Sé que no debería ser así, porque ya ha pasado más de un año, pero aún no he podido olvidarme de ti.- No, por favor, tú no. Tú no puedes ser como los demás. Cambio mi cara por completo. El amor es bonito, es maravilloso sentirlo, pero no cuando hay una tercera persona, Julián, joder, llevas casi el mismo tiempo que llevas tratando de olvidarte de mí, con tu nueva novia, joder. No puede ser que me estés diciendo esto. Tu futura esposa, va a dejar su lugar de origen para estar más cerca de ti, quiere vivir a tu lado... (Inocente de mi, que no tengo ni idea de las palabras que va a pronunciar después). Sigue hablando, tan seguido y tan profundo que por un momento dejo de escucharle. Casi tengo ganas de vomitar. Gracias a Dios, no siento nada, absolutamente nada, pero... ¿y si lo sintiese? Maldito hijo de puta. Eres absolutamente como todos. Indignada le vuelvo a repetir que cómo puede hacer esto, cuando su pareja está a punto de dejar todo por estar a su lado. Y entonces... no sin antes repetirme que no quiere olvidarme, que nunca se va a perdonar lo que me hizo, me cuenta que han decidido vivir juntos, que se van a casar. Echo a correr. No me sale otra que correr lo más rápido que pueda, lo más lejos. Los caminos de la Universidad se hacen infinitos, pero con esfuerzo consigo llegar a la puerta del metro. Pálida, a duras penas, logro bajar al anden y allí, me siento. Respiro y dejo que se escapen varios trenes antes de coger el mío. No me puedo mover. Estoy totalmente paralizada. Si acaso tenía alguna esperanza de que el amor existía... Justo hoy, se había apagado. ¿Cómo podía ser?. Me imagino en el lugar de esa chica, ilusionada, porque su chico le ha pedido que vivan juntos, o simplemente ha accedido, quién sabe... Y mientras tanto, un Jueves cualquiera, él le confiesa su amor a su ex novia... Maldito hijo de puta. Te mereces lo que tienes. Una vida infeliz. Pensé que sólo conocía a un cobarde capaz de hacer esto, pero he logrado entender que no. He logrado entender que esto simplemente es así. Y esta historia se repite. Y mientras tanto, yo, dormiré sola. No quiero que me llegue uno de estos imbéciles que te embaucan para robarte la vida mientras ellos tratan de vivir una paralelamente a la vuestra. ¿Qué pretendías con esto? Y lo más importante, ¿dónde estabas cuando todo acabó? ¿dónde estabas cuando mi alma se tiró por el balcón? Me alegro, me alegro muchísimo de que sea tarde.

jueves, 3 de mayo de 2012

Cómo contarte.



Querido mejor amigo,

Me he enamorado. Sí, lo he hecho. Y eso sin creer en el amor. Lleva varios pendientes y seguramente su plan más lejano sea sobrevivir al día de hoy... ¿Pero sabes qué? Es el mismo plan que el mío... No es mala idea, ¿no? Es dulce como una lluvia de verano y me hace sonreír, no es eso suficiente, ¿querido amigo? Yo creo que sí, pero también creo que no es posible.

Querida abuelita,

Si acaso supieras... Me he enamorado. Y seguramente no se santigüe antes de comer. Ni llevará camisa. Con sus pantalones caídos podrás sonrojarte, abuelita. Tiene un andar despreocupado y me hace reír. No tiene nada. Su casa y su perrita, ¿no es eso suficiente? Supongo abuelita, que la estirpe se extinguió. No habrá presentaciones en sociedad. Finalmente no busco alguien que encaje en ese prototipo elitista abuelita. Ya no existen las clases. Ni la derecha o la izquierda. No existen las cosas banales, abuelita, no para mí al menos. Pero sé, sé que en el fondo te alegrarás por mí. Aunque sea demasiado para ti, para  poderlo aguantar de tu nieta preferida, pero sé, abuelita que tu espíritu joven hará que te sonrías, aunque no seas capaz de decirlo.

Querido papá,

Sé que no es lo que esperabas para mí. A pesar de todo, tu estricta educación te hace erigirte en el conservadurismo. Pero sé que de nuevo me mirarás con alegría y admiración, por forjar poco a poco mi camino.

Querida mamá,

No hace falta que te explique nada. Tú ya lo sabes todo.

Querida hermanita,

Sé que te sorprenderás igual que hiciste al ver de forma permanente algo escrito en mi muñeca, pero sé también que me creerás algo menos alejada de tu camino, aunque te parezca excesivo. Y sé que te enamorarás de su risa.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Sí lo sé.


Después del acto cometido, o los actos. Me siento a observar. Hay a quién le preocupa, quien se pone muy nervioso. Todo el mundo comenta en silencio. Alguna mirada delatadora me hace sonreír. No me lo podía imaginar, pero no puedo dejar de reír. Observar a la gente y sus pequeñas preocupaciones. Es contemplar la fragilidad del Ser Humano. Y aquí estoy yo, describiendo públicamente lo feliz que soy. Quizá ya ha dejado de preocuparme, porque quizá he dejado de querer encontrar a mi príncipe azul. Quizá he desistido a la búsqueda de esa persona que te juzga continuamente, por lo anterior cometido y por lo no cometido también. Quizá, ya no busco la aprobación de nadie. (Aunque a veces resbale un poco con mi mejor amiga, la suya sí que la busco, y a veces no me comporto como soy yo en todo mi esplendor). Quizá y sólo quizá haya comprendido, que es mejor no cortarse las venas, quizá por fin, haya comprendido, que hay gente que ayer estaba aquí, se rompió una cadera y le tuvieron que inducir un coma. Quizá, por fin, he comprendido, que quiero tener sesenta años y seguir bailando como ahora, seguir sonriendo, quizá, por fin haya comprendido, todo lo maravillosa que es esta vida. Y las maravillas que tengo y puedo contemplar. He decidido disfrutar de mi belleza sin ruborizarme por ello. Disfrutar de mi dulzura sin temerla, y disfrutar de la vida. De que si alguna vez cometo algún error hoy, sólo me llevará a un rato de risas con mis amigas mañana, y que si no fue un error... No fue un error. Quizá, y sólo quizá he aprendido a aceptarme. Quizá, y sólo quizá, he quitado el nexo más absurdo y angustioso de mi vida, he quitado el No sé, porque la verdad es que sí, sí que lo sé. Y hoy, estoy feliz, porque he logrado comprenderlo.

Te he echado de menos.


Creo que una extraña fuerza que quiere que yo mañana no apruebe este examen, ha hecho que abriera una de mis asiduas redes sociales justo en el instante en que me he sentado a la mesa a estudiar. Un mensaje privado. -¿Quién será?. Seguro que la gente del Erasmus.- He pensado. Y ahí estaba. Tu nombre. Decirte que me tiemblan las manos sería absurdo para lo que me tiembla el resto. He pasado los tres minutos, cincuenta y dos segundos que dura la canción con la boca abierta. Me duele un poco la cabeza y todo. Estoy bloqueada. No puede ser. No, ahora no Mr. Tú.
¿Sabes? Cuando hablaba a una amiga de mi imposible, me dijo: -Si mi único miedo es que nunca vuelvas a sentir lo mismo por otra persona. - En ese momento, viniste tú a mi cabeza. Pero a ti tenía que olvidarte. Demasiado posible, para ser mi imposible. Mi otro yo. Demasiado mágico haberte conocido en aquel avión.
¿Y ahora qué? Iría corriendo a decirte que no hicieras ese viaje el fin de semana. Que hicieras que tu escala en Madrid durase hasta bien entrado el fin de semana. Pero no, a cambio, me quedo aquí a escribir unas letras baratas en este ya saturado blog de sentimientos y emociones.

Sólo puedo decirte algo: Yo también te he echado de menos.

A lo cubano

Se ha ido. Ya ha terminado todo. En el fondo me volvía algo loca y me ha resultado raro no haberle dado un buen beso de despedida. Quería un nuevo comienzo. Volver a empezar. Hacer las cosas bien, decía. Maldito vividor tú qué sabrás de hacer las cosas bien... Y yo me quedé buscando noche tras noche al dueño de aquel libro que encontré encima de la cama, que bien sabía que no era de aquel Moreno con lunar en la cara. No sé por qué, yo, ensimismada en mis historias de princesas, me quedé buscando al chico que en aquel asqueroso bar, moría por llegar a casa para devorar las palabras que había escritas en aquellas hojas. Maldita curiosidad. Me hubiese encantado descubrirlo, y hablar de Hemingway, quizá de Miller o de Pérez Reverte. Incluso de Valeriè Tasso, quién sabe. En cambio, una alegría más y ninguna preocupación. Tampoco está de más. A dormir, que mañana toca recuperar todo el son cubano que he dejado hoy.