viernes, 11 de mayo de 2012

Lo único que no ha cambiado.


Sí. Pensándolo bien ya no soy esa niña que tomaba zumo de piña entre una multitud etílica. Pensándolo bien, no soy esa niña que iba cada Domingo a la Iglesia. Ahora, a veces, ni si quiera sé si creo en Dios. Qué iba a hacer que cambiases de opinión si ya no soy absolutamente nada de lo que fui. Amanezco en algún coche con las venas borrachas por tu amor insano. Lo único que no ha cambiado en mí desde aquellos tiempos eres tú, y mis ganas de tenerte entre mis brazos. Quizá eso sea lo único que no ha cambiado en mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario