Es tarde. La lluvia golpea fuerte el cristal. Suena el infernal timbre del último piso de Guelfatreintaytrés. Es él. Mierda. Aún tengo la toalla anudada en la cabeza. Estoy desnuda. Cojo la primera camiseta que encuentro, sin mucho interés y me voy corriendo a abrir. No hay nadie en casa, así que salgo con lo puesto, una camiseta. Abro y se echa a reír. No era esa la reacción que esperaba..
- ¿Demasiado sexy para tu ex, nena? No esperaba menos.
Me ruborizo de inmediato. La camiseta aún tiene la etiqueta colgada detrás. Fue el regalo de Sophie cuando hicimos el intercambio en Navidad, lo cierto es que me encanta, pero quizá no era ese el momento. Sonrío y le sigo, ya que no me ha dado pie a invitarle si quiera.
Satisfaction. Suenan de fondo los Rolling Stones en el Mac entre la penumbra de mi desastrosa habitación. Enciende una luz y cotillea curioso mis apuntes de criptografía. Otra canción. La lista de los Rolling se está luciendo hoy, esta vez miss you. Lo cierto es que le he echado de menos. Mira a su alrededor y explota.
- Eres jodidamente peculiar. - Balbucea y me tumba de un giro en la cama. - Y no eres sólo demasiado sexy para tu ex. - Estallo en un orgasmo de alabanzas, lo necesitaba.
Nos desnudamos lentamente al compás de una melodía digna de los mejores años de la música. Me gusta, he de reconocerlo, quizá pruebe a enamorarme de él... Rompo en una carcajada por que me aprisiona una zona prohibida para mí, el cuello... Reímos y reímos. Intento enamorarme, intento enamorarle, no me sale. Puede que esto deba ser así, jugar sin miedo a hacernos daño.
Ahora suena She's so cold. Quizá tenga razón, déjame querido Ken, no pensar un tiempo, probar a ser una barbie sin corazón, ¿qué dices? ¿le damos al play quizá? She's so cold sigue reproduciéndose sin pudor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario