Tecleé rápidamente en google: cómo olvidar, y un centenar de resultados acerca del amor recorrió fugaz mi pantalla. Había uno: Cómo olvidar a un chico en tan sólo diez días. Vaya afirmación tan rotunda y exhasperante. Atrevida cuanto menos. Pero me llamó demasiado la atención como para no advertir curiosa su contenido:

1. Comienza por fijar un nuevo objetivo. Dicen que el mar está lleno de peces, pues saca la caña y comienza a pescar. 

Vale, punto uno, está lleno no, rebosa, pero es que prefiero esperar y pescar al gran atún... estoy cansada de pequeños peces arrogantes que no dejan de moverse y aletear por todas partes y me dejan todo pringando para luego no saber a nada... Me niego.

2. Ya está bien, saca esas preciosas piernas a pasear y llévate a un buen partido a la cama. Déjate querer. Que ya te va tocando.

Qué gran verdad, pienso desesperada.

3. Evita todo tipo de contacto que puedas tener con el susodicho, date cuenta que a partir de ahora de lo único de lo que estarás enamorada es de un recuerdo. ¿No te parece absurdo? Comienza a enamorarte de verdad.

Lo he hecho. Y sí, me parece tan absurdo que ni me lo creo... Al final con la tontería, no está mal del todo el artículo. A ver qué más dice.

4. Vete de viaje, sal. Pon tierra de por medio. Alégrate. Es tu momento. Ahora es cuando empiezas a vivir.

Sí, bueno... Lo haré, claro está.



Continúo leyendo una infinidad de puntos que comienza a resultarme ciertamente divertidos. Me quedo dormida pensando que es posible, que quizá mañana amanezca y todo se vea más claro, más nitido, mejor... No es tan difícil olvidar. Sólo hay que querer. Ah, espera... Querer. Quizá ese sea el problema. Cuándo cojones voy a querer. Creo que hoy ya es el día, me viene bien, un 28 de Enero, dejar de querer. Comenzar de nuevo. Pinta bien, suena bonito. Quizá mañana encuentre un amor. Quizá, de nuevo vulelva a llamar a mi Ken, no estaría del todo mal comenzar a aplicar el número 2, ya va siendo hora. Enamórate, me digo. Y la verdad... Es que suena bien.