jueves, 10 de enero de 2013

loca, de amor


No, seguramente no seré la beata estampa de un insufrible corazón. Puede que hable demasiado y te absorba el corazón.
Cuando más me gustes, me odiarás. No te asustes... Le pasa a los mejores.
Pero saldré corriendo, porque no soporto la idea de que los mejores, no lo sean jamás y no tengan la decencia de apartar la racionalidad del corazón en una simple oración.
Seguiré frustrándote con mi impaciencia y mi imprudente desazón, incluso con una palabrería barata. Odiarás que haya decidido ser la heroína del cuento, porque sueño cada noche con mi príncipe hasta el amanecer... Pero es que, las princesas hace mucho ya que nos manchamos las manos, te diré entre risas, escondiendo una enorme debilidad. Mi debilidad, tú. Y entonces... Cuando menos lo esperes, cuando todo vaya mejor, desapareceré, porque así lo hago yo. Siempre tengo un sitio al que ir y en el que no quiero permanecer, nunca es el momento perfecto. Nunca puedo quedarme demasiado tiempo en tu pecho, pero te haré saber cuánto lo quiero. Lo cual, al convertirse en una enorme contradicción, te hará estallar y abandonarme. Correré loca a por ti, porque no lo entenderé, pero para ese entonces, el pavor al daño que te pueda causar será tan intenso que no querrás volver a verme, pero me buscarás, y yo te esperaré. Y así... De nuevo, volverá a haber dos corazones rotos galopando desbocados por ahí. O en el peor de los casos tan sólo uno... pero tranquilo, lo más probable es que sea el mío, nunca has de temer, la dama siempre pierde en estos casos, sobre todo si está un poco loca (de amor, claro ;D).

No hay comentarios:

Publicar un comentario