martes, 25 de diciembre de 2012

Volver a casa por Navidad, siempre.



- Es que, a veces, parece que no quisieras tener a nadie cerca. Que estás bien así, que algo más, te molesta. ¿Es que tú no quieres tener una familia algún día? ¿No quieres celebrar la Navidad?

Sonrío y pienso en la falsa impresión que podemos llegar a transmitir a veces, cuando queremos ser fuertes.

- Pues claro que quiero Ana, pero no quiero vivir para siempre con una falsa esperanza, no puedo pretender que mi felicidad dependa de otras personas, eso ni si quiera es justo. 

- No te hablo de depender de nadie, pero sí de crear lazos, de estar cerca, de cantar, de celebrar en familia. Si siempre estás viajando, te escondes cuando hay demasiada gente... Nunca tendrás lo que todo el mundo tiene, ¿no lo quieres? Porque me da la impresión de que no eres tan independiente como tú crees.

- ¡Pues claro que lo quiero!. Y no, no soy nada independiente, es sólo que la vida, las situaciones me han hecho así. A veces, hay que aceptar lo que se tiene para poder ser feliz. No puedo pretender ser lo que no soy, no tengo problema con ello. 

- ¿Entonces?

- Entonces si la pregunta es si me gustaría celebrar una tarde tradicional, navideña, con mi familia, tener primos pequeños con los que preparar mazapán y tías de las que aprender a cocinar... tíos con quiénes cantar y bailar. Sí, la respuesta es sí. Entonces, si la pregunta es si me gustaría tener todo esto en un futuro próximo... Sí, la respuesta es sí. Si la pregunta es si pretendo estar lamentándome por no tenerlo hoy o lamentándome porque no lo encuentro mañana o incluso conformándome con cualquiera, y recalco, cualquiera, que me ofrezca esto mañana, la respuesta es no, prefiero quedarme como estoy. Estoy bien sola Ana, lo sabes, soy feliz. He decorado mi casa de Navidad y he cantado villancicos con Dan y ahora... ¡he empezado un libro nuevo! La metamorfosis, de Kafka. ¿Sabes que aún no me lo había leído? Antes de irse mi madre me dió dinero para que me comprase algo de ropa por Navidad, pero pasé por la Feria Del Libro de Cánovas y no lo pude evitar... ¿Lo ves? Así soy yo. Es fácil. Es distinto. Pero no está mal, no es triste, deja ya de preocuparte. 

- Me preocupa. Claro que me preocupa. - Me abraza. Se separa y prosigue. - Sólo prométeme una cosa: Si no lo encuentras, si no existe nadie que alcance tus expectativas y pueda ayudarte a formar esa familia, esa unión tan especial que buscas... entonces, prométeme que nunca pasarás la Navidad sola. Prométeme, que desde cualquier parte del mundo en el que estés, siempre, siempre... Volverás a casa por Navidad. Con tu familia, con tus hermanos, conmigo.

Sonrío. La quiero tanto , que a veces ni si quiera me lo puedo explicar. Me doy cuenta de lo que la echo en falta y de lo especial que es para mí.

- Te lo prometo, Ana. Te lo prometo.


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