jueves, 27 de diciembre de 2012

Una cosa simple...


El exceso de burbujas de una terrible adicción de color carbón combinada con la infructífera tarde de hoy, produce un pensamiento leve pero intenso en mi cabeza:

¿Por qué?

¿Por qué venías cada Domingo agotado a dormir entre mis brazos? ¿Por qué quisiste acogerme aquella noche en tu pecho? ¿Por qué tuviste tanto miedo a perderme? Y la peor... ¿por qué todo eso ya no existe? ¿Por qué?... Resuena en mi cabeza.

Nuevamente, he entrado en ese camino, en ese estado de volver a no creer en el amor, porque ni si quiera merece la pena. Lloro cuando veo cómo mi amor por ti se aleja a cada paso que doy, en cada esquina que cruzo, a veces lloro porque veo que no hay más, porque veo que no me importa... y en el fondo, era bonito, era nuestro... Pero a pesar de recuperar mi insensibilidad, de permanecer de hierro hasta que encuentre aquello que realmente forme parte de mí si es que esto existe... A pesar de todo eso... Sólo sigo preguntándome por qué. Hubiera sido un buen detalle de Navidad, regalarme un porque... regalarme una buena historia, poner una tirita a este pobre y malgastado corazón, lo hubiera sido. Pero eso, hubiera sido amor. Es una cosa... simple.


No hay comentarios:

Publicar un comentario