sábado, 29 de diciembre de 2012

¿Eres feliz?

- ¿Eres feliz?

- A ratos... Supongo.

- ¿A ratos? ¿Supones?

- Tienes todo lo que querías. Una mujer y un niño precioso. ¿No es eso?

- Sí, es cierto. Y le quiero con locura.

- ¿Y a ella?

- A ella la quiero también.


- ¿No es ella la persona?

- Durante un tiempo pensé que sí, pero creo que me equivoqué.

- ¿Y qué vas a hacer?

- ¿Cómo que qué voy a hacer? Pues nada, no hay nada que hacer. Es mi mujer y la madre de mi hijo, qué voy a hacer.
¿Y tú? ¿Eres feliz?

- Supongo que sí. Sonrío la mayor parte del tiempo, eso debe ser bueno, pero no lo sé, siento que me falta algo...

- ¿No estás con nadie?

- El amor es complicado. Estar con alguien es complicado también. No sé si lo estoy. No tengo marido, ni hijos... Si es lo que quieres saber.

- Pero... ¿por qué? Es algo que no entiendo, tal y como tú crees en el amor y como lo practicas...

- Te dije que no pararía hasta encontrarlo, que no me conformaría, que no iba a ceder mi corazón a cualquiera.

- Pero no puedo creer que en treinta años y con todo lo que llevas vivido no hayas encontrado alguien con quien compartir, con quien vivir, con quien Ser...

- Sí, me suena que una vez lo encontré, pero se me escapó, aún no entiendo por qué. 
¿Y tú? ¿Crees que alguna vez te lo cruzaste? ¿Crees que por un mísero segundo en tu vida te encontraste con tu alma gemela? ¿Crees que es ella acaso?

- La memoria a veces puede jugar malas pasadas, sobre todo en una mala racha. Pero sí, me parece recordar que una vez mi corazón vibró tan fuerte que creía que iba a reventar. Supongo que es eso a lo que te refieres, porque nunca más me ha vuelto a pasar.

Me abraza tan fuerte que creo que me voy a romper. 
Suena gente a lo lejos, se separa y veo sus ojos empañar, descubro aquella mirada de hace tan sólo unos años. Sigue siendo él, pero quizá no escogió el mejor camino. Supongo que a veces hemos de tener cuidado con lo que deseamos, nos puede arruinar la vida...

- Tengo que irme, el pequeño Dani está algo resfriado y querrá dormir pronto.

- ¿Dani?- Sonrío pensando en cuánto odiaba aquél nombre.

- Soy un calzonazos, qué le voy a hacer.

Sonríe. Me besa en la frente como quien sabe que ya no lo volverá a hacer por mucho tiempo. Me abraza, me mira y le pierdo de nuevo. 

Supongo que si sigo buscándole a él, me quedaré sola para el resto de mi vida. Pero qué le voy a hacer, me hice una promesa, no pararía hasta encontrarle.

No hay comentarios:

Publicar un comentario