martes, 29 de marzo de 2016



Hay personas que en solo una noche
se atan a tu corazón
y se quedan a vivir por siempre
en tu recuerdo.


Como a una estrella fugaz:
te pedí un deseo
y te dejé marchar.

Y aún sigo mirando al cielo
buscando tu rastro
siguiendo la estela
de tus besos.

Cómo puedo sin a penas conocerte
seguir echándote de menos.


sábado, 26 de marzo de 2016

Por lo que tiemblo al verte y Mañana, ¿quién sabe? (Libertad 8)






Hay momentos en la vida en que uno simplemente se deja querer. Porque sí, porque quiere, porque ya es hora, porque le apetece.
Quizá no le hayas conocido en la cabina de un avión destino Nueva York, o vuestro primer beso no tenía la estampa de la cuna de las civilizaciones de fondo, pero al final no se trata de nada de eso, ¿verdad? Al final, los días se definen por el momento de llegar a casa o de salir a dar un paseo, por amanecer juntos o reír, reír profundamente. Al final, mañana quién sabe si quizá seas diabético y no puedas comer dulce o si quizá no sea tu momento para amar. Entonces, coge tu momento y ama, "ama y ensancha el alma". Porque la vida es una, y mañana nadie sabe. Las historias de película están muy bien para el inicio, pero siempre tienen un final. Y si algo tiene final, nunca será un buen final. Así que abre esa botella de vino que guardabas para una ocasión especial, descorcha el mejor champán y vive, vive intensamente. Porque mañana... ¿Quién sabe?


He decidido romper con esta historia
que aún no ha comenzado,
tirarme a los brazos de otro,
follarle hasta el alma
para huir de tu recuerdo.
Y no es falta de interés
o miedo a perderte,
es que me acojona tenerte
solo a medias.
Ser nadie en una canción de cuna
que hable de la luna
y del arco de sus piernas.
Ser el grito que desgarra tu garganta
en medio de una sala que disfruta
cuando tú te partes en dos
el alma. O eso dices.
Yo solo quería ser el sol de tus mañanas,
la sonrisa a media luz que ilumina tu mirada,
la complicidad que llena cualquier silencio eterno,
una mirada enamorada
un ayer que fue completo.
Solo quería verte sonreír cuando estás desnudo frente a mí curando tus cicatrices con la sal de las lagrimas que vierto al escuchar tu historia.
No quería ser la gata que abandona cuando faltas. Pero no me has dejado más opción, ya ves. Siempre tuve miedo a perder
(te)


Feria del Libro de Trujillo

El 30 de marzo estaremos dando toda nuestra voz en la feria del libro de Trujillo. ¿Os animáis? Seguimos con 'y ni siquiera te conozco' y más cosas bonitas. Entre ellas Rosana. Una flor que me encontré en el jardín de la poesía con una voz espectacular. Allí nos vemos. Justo después: Ismael Serrano. No tenéis excusa, joder.


Veintidós de marzo.


Sale de casa dando un portazo mientras en la televisión encendida sin sonido una mujer camina descalza sobre el fango con tres niños a la espalda. En la radio hablan de la cantidad de muertos en Bélgica por un ataque terrorista. Ella no ha escuchado nada, no ha entendido nada. Y sale corriendo enfadada, quizá porque no le dijeron lo que quería escuchar. Quizá sus vacaciones no sean lo que ella esperaba. No lo sé, pero no ha entendido nada. Mientras, la mujer lucha por no desfallecer en la búsqueda de una puerta abierta para sus retoños. Alguien con una pizca de humanidad en sus ojos. Unos zapatos. Si yo pudiera en este preciso instante darle mis zapatos... Si yo pudiera llevarle a cuestas uno de sus niños, si yo pudiera caminar unas millas para que ella descansara, si yo pudiera abrirle mi casa, ¡ay! Si yo pudiera. No lo dudaría. Y Bélgica... Si yo pudiera curarte las heridas, querida mía. Si yo pudiera... Pero será que no puedo. Que no me dejan. Pero me niego a cruzarme de brazos, dar portazos, no intentar ayudar desde aquí, ignorar al resto del mundo. Y, sobre todo, a no ser feliz con la sonrisa de un niño cuando tengo que salir obligada de mi casa por la mañana para ir a trabajar, no disfrutar con cada cordón de mis zapatillas, joder. Porque mañana queridos todos, mañana nadie nos va a asegurar que lo vayamos a tener. Que no nos va a tocar, o no nos vayan a cerrar todas las puertas a las que nuestras gargantas desgarradas de dolor quieran llamar. Y, por ellos, debemos luchar. Luchar para conseguir darles nuestros zapatos, aunque los de arriba no quieran. Apoyarles en la medida que nos sea posible. Y mientras, por ellos, no me jodáis y apreciad todo lo bueno que tenéis ahora. Dejad el egoísmo para otro momento en que el mundo no se esté hundiendo porque os necesita vivos, luchando, y con más ganas que nunca. Bélgica, Siria, os necesitan ahora. No giréis vuestras cabezas hacia otro lado. Gritad. Apoyad. Uníos. Y hagamos algo posible. Por ellos.

domingo, 13 de marzo de 2016



Pasarán muchos trenes por tu vida.
Si los coges todos nunca llegarás a tu destino. 
Si no coges ninguno, tampoco. 
Procura elegir bien.

¿amor?

Nos han enseñado que el amor se busca. Se encuentra. Como quien busca una manzana en una frutería y encuentra esa que no tiene gusanos. La que parece que tiene más vitaminas. Y no. No es así. El amor es imperfecto. Hay que construirlo cada día. Plantar la semilla, regar el árbol, cuidarse de las plagas... para finalmente probar la manzana del pecado. Hay que construirlo día a día, beso a beso, caricia a caricia. Con palabras y con cariño. Supongo que se trata de encontrar a quien nos hace reír, llorar de alegría, disfrutar cada segundo y, a partir de ahí, cultivar una vida juntos. No quiero dejar de creer en la magia de haberte conocido, pero no quiero perder la ocasión de crear algo tan grande e inalcanzable para muchos como es el amor, a tu lado.
Te quiero.
Siempre tuya, siempre nuestros.
Sigo buscando una canción 
que me haga vibrar 
la mitad de lo que lo hiciste tú
aquella noche.

arrancar una flor

Ayer cometí el error de arrancar una flor porque me sentía sola y pensé que su belleza me alegraría. Al oír el crujir de su tallo sentí que se me rompía el corazón. Me la puse en un botón y caminé con ella. Al llegar a casa estaba mustia. Me puse muy triste. Había acabado con su vida y su libertad para intentar arrancarme de cuajo la soledad. Decidí ponerla en agua, a ver si acaso así. Y sí, ha decidido vivir. Y alegrarme los domingos. La saco al sol y parece que sonríe. Yo, que acabé con su vida, recibo de ella todo su esplendor. No sé si es un regalo, o el castigo de saber que pronto marchitará porque una flor debe estar ahí fuera, ondeando su melena al viento, bailando al son de sus compañeras. Aquí, en mi vaso, ella intenta regalarme su magia. Pero no, sin libertad y arena, mi flor se marchitará.
Y esto es lo que siempre traté de explicarte cuando no entendías mi sed de libertad. Hoy, con la flor ahogada en mis buenas intenciones derramo lágrimas por haberte reprochado tus ansias de mí, pero sabiendo que era imposible sobrevivir.




Ella tiene un desastre en la cabeza
más grande que mi abismo
y no sabe dónde colocarlo.

No se da cuenta pero sonríe de lado
porque ama de frente
aunque encuentre vacío.


~Óscar Sejas~

You Only Love Once



No intentes comprender cuando estés triste.
Olvida, cuando puedas olvidar,
y no llames más de dos veces
sin que nadie descuelgue al otro lado.


~Ben Clark~




He cambiado las sábanas cada día
desde que te fuiste.
He cambiado hasta de piel.
Y no he conseguido sacar
de mi recuerdo
tu olor,
el roce de tus manos,
ni el frío de tu huida.


Vuelve.



A veces, 
a mi tristeza se le escapa tu risa
y no sé que hacer con tanta vida. 

-Elvira Sastre-



los mejores años de mi vida, contigo.

Te regalo los mejores años de mi vida
los que ya han pasado 
que son todo lo que ahora soy
y los que vendrán
que será lo que un día seremos. 
Te regalo una vida con la que puedas
dibujar un mundo amarillo
-como el sol que siempre buscas-
donde puedas desdoblarte
perderte y encontrarme. 
Te regalo unas manos 
que no dejan de escribirte
una lengua que no deje de recorrerte
unos pies que bailen todas tus canciones
y un corazón


mitad tuyo, mitad mío. 


De ti aprendí 
que el corazón
es un alma sin dueño,
como todos nuestros versos.

domingo, 28 de febrero de 2016

VERSARTE

Y te atreves a preguntarme si quiero Versarte o Besarte. Que si con B o que si con V. Que si con la r en medio, o que si ya vale de tanto cuento. Allí, en mitad de todas las miradas, atentas a los rayos que salen de tus ojos al pasar, e impactan en los míos. Que yo quiero Versarte, joder. Y también Besarte, con B. Y hacerte dueño de todo mi Universo. Que la Luna y las estrellas solo conocen un firmamento. Que sí, que me tiro de cabeza a esa piscina sin agua que es el cosmos de tu vida. Que sé que mañana solo existes en mi recuerdo, pero hoy. Hoy, vida mía, vas a ser mi supernova.


Jueves, 3 de marzo. 20.30h Mastropiero Gastrobar y Jardín, Cáceres.



Tus besos

Con solo rozarme
me rompiste el corazón.
Y he salido a correr
para huir de tu recuerdo.
Me he duchado tres veces
para sacar de mi piel tu olor.
Me he bebido el alcohol
de curar las heridas por dentro.
He besado a la vida
para olvidar todos tus abrazos
tus besos
mis manos en tu cuerpo.
Tu piel, color tinta de tatuaje caducado.
Tus besos, joder. Tus besos.
Cómo me saco yo tus besos.
Los de las tres de la mañana,
las cuatro, las cinco, y media,
los de las ocho, y el polvo de las nueve.
Cómo coño me saco yo tus besos
de esta vida miserable
de este domingo sin sol
de este recuerdo infinito
de un momento tan fugaz
como la estrella que lleva tu nombre.
Tus besos,
cómo me saco yo tus besos.

domingos



Por las despedidas en todos los andenes
los domingos.
Por las lágrimas de mi padre en la estación
los domingos.
Por volver al sitio donde hay que luchar sola
los domingos.
Por todas las camas vacías de ti
los domingos.
Por la maldita resaca
los domingos.
Por el 'hoy mejor no quedamos'
(o, aún peor, el 'hoy no puedo quedarme')
los domingos.
Por todas las tardes sin cine
los domingos.
Por los paseos eternos de soledad
los domingos.
Por la locura de mi perro
los domingos.
Por el recuerdo de cada noche de sábado
los domingos.
Por todas las risas que se transforman en lágrimas
los domingos.
Porque te echo de menos cada vez más cuando te vas
los domingos.


Y estas son las malditas razones por las que siempre odiaré los domingos. No me haréis cambiar de opinión.
Las únicas personas que merecen la pena son aquellas que, al marchar, te dejan una mirada distinta clavada en la retina.


La razón por la que nunca ordeno mi casa
los sábados
es por si acaso decido no dormir sola.
Que quien quiera adentrarse en la selva
conozca que dentro vive un león
-como decía mi madre:
vaya leonera habitas, hija-
Pero hoy


hoy es distinto.
He decidido poner guapa la cocina
lavarle la cara al sofá
poner las sábanas de fiesta
y calibrar mi tocadiscos.
He sacado el vinilo
que siempre pongo
los domingos
por si decides quedarte,
que parezca eterno.

Sigo esperándote.
Ojalá supiera secar las lágrimas que nunca te caen
como tú sabes hacerlo con las mías
cuando se vierten a raudales.


Como perro 
que sabe

que lo que fuera amor
no entiende de olvido.


-Ada Salas-

viernes, 19 de febrero de 2016

Tú no crees en las segundas oportunidades.
Y yo soy de hacerlo todo mal a la primera.

domingo, 14 de febrero de 2016



Hay que ser muy hijo de puta.

Para que San Valentín caiga un domingo.

Tendría que ser ilegal.

O al menos muy inmoral.

Que diera vergüenza celebrarlo, vamos.

Por respeto a los solteros y las solteras.

Porque: ¿Nosotros nos metemos con tu conformismo?

No.

Nosotros no decimos nada.

Asistimos impasibles a esa exaltación del amor romántico.

Que encima cada vez empieza antes y antes.

San Valentín no viene en oleadas, no,

Ahora las cosas grandes, las que joden de verdad, vienen en actualizaciones.

De amigos y amigas que se aman.

Me alegro, de verdad, por ellos.

Pero me jode.

Porque yo sé de su aburrimiento cósmico y de las peloteras máximas.

Me las han contado.

Y ahora suben una foto de gracias mi amor por los 365 días compartidos.

Y yo pienso: Anda que no has tenido que comer mierda.

Como todos y todas.

Pero dilo.

No nos vendas esa felicidad irrealizable que nos creará frustraciones.

Un: A veces me encantaría que no existieras, pero hoy me gusta que estés aquí.

Eso sería mucho más realista.

Por eso, salvo honrosas excepciones, creo que San Valentín debería llamarse San Comemierda.

Porque lo que estamos festejando es el capitalismo de una emoción.

La espera de un regalo que confirme y enseñe lo demás.

El amor no tiene que ver con nada de esto.

Si alguien te tiene que recordar el amor es que vas jodido pero bien.

Yo no quiero 14 de febrero, ni París con aguacero.

Quiero lo que quiero todos los domingos de mi vida.

Despertarme con alguien.

Ir a dar un paseo y desayunar/almorzar.

Un paseo a un sitio cerca de casa porque luego hay que volver a echar la siesta.

Y follar en la siesta de los domingos.

El amor tiene mucho que ver con eso.

Quedarte en silencio sin saber cuál es tu brazo o tu mano.

Y luego hablar de las ondas gravitacionacionales o de que te gustaría que existieran cabras carnívoras.

Abrazarte y que ese abrazo de arranque la semana pasada de la cabeza.

Mientras el domingo es el poco ruido que sucede al otro lado de la ventana.

¿San Valentín?

Valientes todos los solteros y solteras del mundo.

Que no tenemos eso los domingos.

Que tenemos que aguantar las canciones.

Las películas.

El cincuenta por ciento de descuento.

¿Pero el amor no era lo único que era gratis?

Que tenemos que empezar el lunes a palo seco y con las mandíbulas apretadas.

Porque no nos conformamos.

Porque vencemos el miedo a estar solos y solas.

Porque no nos sirve cualquiera para tapar ese miedo.

Porque mira, que no.

Ojalá te celebraran el amor cualquier día.

Que te embistieran a besos en los pies por sorpresa.

Que un 37 de marzo te enseñaran por primera vez un árbol de hojas rojizas.

Que te escribieran un sendero de pistas hasta una cueva en la que hay una piedra con tu nombre.

Que nunca te dijeran te quiero.

Pero que te quisieran todo el rato y bien.

Que no lo clamaran a los cuatro vientos.

Que el viento lo hicieran entre tus piernas.

Cuatro.

O cinco.

O todas las que hicieran falta.

El amor es lo único que nos mantiene atados a la vida.

El amor romántico es el único que nos proporciona cierta clase de intimidad.

Y esa intimidad ha de servirnos para estar mejor y hacer las cosas mejor también.

Que no te engañen.

Si todo el año está mal.

Y hoy está bien.

No compensa.

Aquí estamos los solteros y solteras.

Vivas y vivos.

Un domingo cualquiera.

Esperando un mensaje de un amigo o de una amiga.

Que nos rescate.

Y nos lleve a hacer.

Algo simple.

Y sencillo.

Con la vida.

Roy Galán

jueves, 11 de febrero de 2016

Otra ronda de Whisky



Hay días que tu ausencia continua duele.
Duele mucho más que cualquier otro día.
Duele muchísimo más que cualquier otra cosa.

Al menos este folio me escucha todo lo que
-por miedo-
nunca llegaré a decirte.


Miedo no sé a qué.
Miedo a ti, supongo.
Miedo a mí.
Lo de siempre.

Otra ronda de Whisky,
bien cargada por favor.
Que este febrero
no llego a fin de mes.

El muy cabrón parecía ser primavera
de flores y manga corta
y ha llegado siendo frío y tormenta.
Ojalá, a veces, pudiera no existir. 
Suso, me dijo que era mi derecho. 
Pero existir últimamente resulta más 
una obligación. 
No sé si sabré perdonarte tanta 
vida. 

¿Le parece a usted correcto que un ingeniero haga versos?



No cojas la cuchara con la mano izquierda.
No pongas los codos en la mesa.
Dobla bien la servilleta.
Eso, para empezar.


Extraiga la raíz cuadrada de tres mil trescientos trece.
¿Dónde está Tanganika? ¿Qué año nació Cervantes?
Le pondré un cero en conducta si habla con su compañero.
Eso, para seguir.

¿Le parece a usted correcto que un ingeniero haga versos?
La cultura es un adorno y el negocio es el negocio.
Si sigues con esa chica, te cerraremos las puertas.
Eso, para vivir.

No seas tan loco. Sé educado. Sé correcto.
No bebas. No fumes. No tosas. No respires.
¡Ay sí, no respirar! Dar el no a todos los nos.
Y descansar: Morir.

-G. Celaya-

martes, 9 de febrero de 2016



Habitualmente las personas que más ríen
tienen más dolor en cada una de sus sonrisas
que una sola lágrima 
de las personas que más lloran.

Ya ves.
¿Cómo coño no iba a enamorarme 
de alguien que me enseñó a querer(me) más?
Que me dio la paciencia que nunca tuve.
Que me puso luz donde todo era oscuridad.
Risa, donde todo el resto de mi ser sucumbió. 
¿Cómo no iba a estar loca por ti
si me habías devuelto a la vida?

martes, 2 de febrero de 2016

Asegúrate de llegar.
Pero, sobre todo, asegúrate de disfrutar por el camino. De observar cada detalle. De perder el sentido. De empaparte de cada gota, de cada instante. Asegúrate de no llegar, sin antes, haber vivido.


Desnudar vuestra poesía, 
forzarla a ser mía.
Violar la métrica 
de vuestros versos,
y esclavizar su tempo.


Así como vosotros
hacéis esclavos a los hombres 
yo haré mía la poesía.


lunes, 1 de febrero de 2016

un día de esos oscuros.

Es 20 de enero y es un día de esos oscuros
Madrid parece el sitio más triste del mundo
Hay restos de guerra en las calles que me rodean
Nuestra guerra nunca empezó, por eso nunca acabará.


He conocido a alguien que me recuerda a ti
Es guapo y amable y hace siempre por sonreír
Es fan fatale de Cohen a diferencia de ti
No significa nada pero es así.


Sé que no debo sucumbir
a esta manía mía de repetir
a esta manía mía de repetir
lo que está probado que no me hace feliz.


Bajo las escaleras decidida a hablar con él
No pienso perder los papeles con mi desmesura esta vez
Pero eso que llaman orgullo yo no sé lo que es
Y para cuando me dé cuenta es muy tarde otra vez.


Sé que no debo sucumbir
a esta manía mía de repetir,
esta manía mía.
Le digo: "A partir de mañana sólo podremos ser amigos"
Pero hoy seremos los amantes del puente
Sólo hoy seremos los amantes del puente
Sólo esta vez seré Michelle.


-Tulsa. Los amantes del puente.-


domingo, 31 de enero de 2016



Balcones abiertos,
sol de enero.
Aretha en el tocadiscos
y yo, aún sigo soñando
que paseas por mi calle
y te encuentro en la puerta
-solo me había parado a escuchar-.
Y entonces, te beso.
Por todas las veces
que me dijiste
-no tengas miedo-
y no tuve el coraje.

Otro domingo
que te echo de menos,
ya ves.

martes, 26 de enero de 2016

mi hogar eres tú.

Elvira dice que uno es de donde llora, pero yo creo que es al revés: uno siempre será de donde ríe.
Por eso, mi hogar eres tú.


Hoy te he vuelto a encontrar.

Una vez amé tanto a alguien que le escribí un libro. Sí, con sus puntos y sus comas. De principio a fin. A mano. Ciento diecinueve páginas de locura infinita. Una locura muy bella. Él pasó página y se olvidó de doblar alguna esquinita. Supongo que él no era de esos que señalan lo importante. Supongo que simplemente lo guardó en su corazón. Me consta que es feliz. Y yo he publicado un libro. Estamos empatados.
Nunca he vuelto a cometer tal locura. Quizá es que nunca haya vuelto a amar a nadie de verdad. O que ya no me quedaban fuerzas para hacerlo. Quizá es que nunca nadie me ha vuelto a amar tan puro, como para corresponderle de una forma tan grande. Quizá es que la chica que se bañaba desnuda ha desaparecido para siempre, quizá no. Quizá esté esperando a que, de una maldita vez, alguien a quien ame de verdad, sea capaz de decir sí y sentarse durante más de dieciséis horas a grabar palabra por palabra en un cuaderno para nunca soltarlo.
Quizá, qué más da. Hoy he vuelto allí. A esa playa, donde amé como pocas veces he vuelto a amar. Y me amaron como nunca lo han hecho. Hoy te he vuelto a encontrar.


Te (me) quiero libre.

No quiero que me ates, si no es a tu cama. No quiero compromisos, que no sean de alquiler. No quiero que me llames, si no que me ames. De arriba abajo, de principio a fin. No quiero la locura de encontrarte en cada resquicio de mi mente, ni de encontrarme yo en la tuya. Quiero espacio, quiero vida. Te invito a compartir, mi vida conmigo. Con espacios, sin conversaciones forzadas a media luz, sin paseos de rutina o domingos de película y manta asfixiante. Yo quiero domingos de paseo y sexo, de sexo en el paseo, domingos de verdad, domingos de amor que hagan que los lunes solo sean ese día que viene después del domingo. Y el martes, el día que quiero (ll)amarte. Quiero que el miércoles te apetezca quererme un poco más y que no quieras cambiar ni un solo pelo de esta mata de ondas desordenada. Quiero que el jueves vengas a rescatarme y me encuentres desorientada y con un calcetín de cada color (nunca entendí lo de perder tiempo buscando pareja), y que empieces a devorarme por los pies. Que el viernes sea ese día de la semana que nunca sabrás dónde estoy, porque ni yo misma me encuentro entre tanta cerveza, pero que quizá el sábado queramos bailar un tango en el salón y beber el tequila de tu ombligo, celebrando que todo tiene un final. Y que el domingo, de nuevo, todo vuelva a empezar.


¿Y tú, qué quieres?


Vettriano



Como en mi cuadro favorito de Vettriano, ser libres sin importar nada más. Bailar bajo la lluvia descalzos y con la ropa de la fiesta de ayer. Bailar, masticando el placer de escandalizar al resto, como lo hacían la señorita y el mayordomo. Bailar la canción que tú cantes, y reír. Reír por la sensación tan bella que me produce la libertad de volar mientras me agarras fuerte la cintura en medio de la tormenta, y en medio de unas arenas que se vuelen movedizas, porque lo tenemos todo en contra. No es el escenario más adecuado para amar, lo sé. Pero es tan bello...


lunes, 25 de enero de 2016

mi lado oscuro.

Me agarro a tu risa
como me agarro a la vida.
Sabiendo que un clavo ardiendo
quema las manos,
pero que el fuego es lo único
capaz de iluminar 
mi oscuridad.


Puta.





Me he pasado veintisiete años
pensando que la vida era un burdel
y yo su puta.
Con cada año una cama
(Y una casa) vacía
He forjado amistades en meses que resultaron eternas.
Y he vivido amistades en años que resultaron efímeras.
He reído, he llorado, he llorado y he llorado, he gritado, he vivido. Y seguía pensando que ella era un maldito burdel de cama vacía, y yo su puta.


Y de repente,
tú.

Al verte se rompieron las cadenas que me ataban a esa angustia.
Y me hablaste de dar un paseo,
Algo bello. Al fin, entre tanta mugre.
No te creí. No suelo reconocer el amor de verdad cuando lo tengo en frente. Sigo creyendo que la vida es un burdel y que yo aún soy puta. Pero llegaste con esa magia. Esa forma tuya de existir.

Si te imagino, vuelas.

Llegaste, y lo invadiste todo.
Nos mudamos. Fuimos familia. Reímos, lloramos, gritamos, vivimos.
Y tú, me enseñaste que es verdad, la vida siempre será un maldito burdel, pero solo depende de ti ser su puta.
Me enseñaste que la mugre era un poco de polvo acumulado.
Con veinte años habías vivido cien vidas y habías amado a todas y cada una de las personas que te habían rodeado.
Las habías amado, como no supieron amarte a ti.
Me enseñaste, que no hay excusas, que no hay miedos. Que el amor no viene de nuestros padres si no que va hacia nuestros hijos. Contigo, el burdel se volvió un hogar y un sitio donde refugiarse a veces, porque la vida no es tan mala, ni yo tan puta.
Me enseñaste a amar con todo. Me enseñaste a respetar y a aceptar cosas inimaginables. Me enseñaste que la palabra sexo y la palabra puta significan muchas cosas, no las que todos creen, y que pueden caber en un poema.
Por vez primera alguien heredó mis libros, y se quedó durante noches escuchándome. Alguien me miró como si yo fuera algo más que lo poco que soy.
Por primera vez, la vida me regaló una hermana pequeña que había vivido mi misma vida en otra punta del mundo, y que sabía quererme mucho más de lo que yo nunca podré ni sabré hacerlo.



Se nos escapó el amor detrás de un doble check azul.



¿No lo sentís así?


Ya nadie dice:


¡oye, espera! Te quiero.


Como si le fuera la vida en ello, por si acaso nunca más tuviera la oportunidad de decirlo. Ahora nos despedimos fríamente y mientras caminamos en sentidos contrarios, mandamos un corazón que palpita en nuestro smartphone. Y sonreímos, y descansamos. En paz. Como si hubiésemos hecho algo heroico, como si ese manchón rojo que se mueve tuviera valor. No nos planteamos eso de, quizá ya no te vuelva a ver. Te tengo a tiro de whatsapp y a golpe de orgullo. Si consigo afrontar este último podré contactar contigo siempre que quiera. Si no, tendré miedo a perderte. Y echaré las culpas al destino (por supuesto)

¿Cuántas bocas mueren sin haber dicho te quiero, te espero, te echo de menos, VUELVE. Vuelve ya joder?

Y así nos va.

Tan barato como nuestras teclas, vendemos nuestro corazón.

Y así nos va.

Con razón esta ola de frío polar que nos congela hasta el olvido.




y ya casi no te echo de menos.

Ojalá temiera un poco más 
a la soledad, 
seguramente ahora
estaría tratando de buscarte.

lluvia de enero.

¿Por qué corréis?
Uno de los mayores placeres de la vida
es mojarse cuando llueve.

mi vida antes del desastre



Nadie, absolutamente nadie, sabe cómo era mi vida antes del desastre.

Y, ¿quién sabe? Quizá es mejor así. 
No hay expectativas que cumplir,
ni metas que lograr. 
No hay futuro, ni hay pasado. 
Solo hay presente. 
Y lo voy a disfrutar.


Han pasado cuatro días sin ti. Solo cuatro desde que pusimos el contador a cero, como cada año.
Ahora llegan los peores, el cinco y el seis. Prometiste llevarme de la mano a ver las últimas sonrisas de la Navidad. Prometiste ser mi regalo. Ahora, la noche mágica vuelve a ser una más, con el corazón en un puño. Ahora, el día de los niños ya no será jamás el que vuelvo a reír con más fuerza que nunca. Pero, ya te lo dije una vez: uno siempre será de donde ríe (diga, lo que diga Elvira) porque tú siempre serás parte de mí. Cada carcajada -verdadera-, siempre te pertenecerá.

¿Volveré a reír de verdad alguna vez ?
Dime que sí.
Tú trae la rutina
que yo pondré la magia.


Me lo he pensado mejor:

Pon tú la magia,
que yo te enseñaré sus trucos.

domingo, 24 de enero de 2016


Desde que tú llegas, todos mis calcetines encuentran su pareja. 

(Y nunca es del mismo color)


miedo.



Me quisiste menos de lo que yo creía.
Te quise mucho más de lo que pudieras imaginar.

Y, al final, yo te dejé por miedo.
Y tú, no volviste por la misma razón.





Hay sábados que parecen domingos.
Igual de malditos. 

(Es tan triste revivirte sin ti)


El dolor es la certeza
de que aún no ha terminado.