martes, 26 de enero de 2016

Te (me) quiero libre.

No quiero que me ates, si no es a tu cama. No quiero compromisos, que no sean de alquiler. No quiero que me llames, si no que me ames. De arriba abajo, de principio a fin. No quiero la locura de encontrarte en cada resquicio de mi mente, ni de encontrarme yo en la tuya. Quiero espacio, quiero vida. Te invito a compartir, mi vida conmigo. Con espacios, sin conversaciones forzadas a media luz, sin paseos de rutina o domingos de película y manta asfixiante. Yo quiero domingos de paseo y sexo, de sexo en el paseo, domingos de verdad, domingos de amor que hagan que los lunes solo sean ese día que viene después del domingo. Y el martes, el día que quiero (ll)amarte. Quiero que el miércoles te apetezca quererme un poco más y que no quieras cambiar ni un solo pelo de esta mata de ondas desordenada. Quiero que el jueves vengas a rescatarme y me encuentres desorientada y con un calcetín de cada color (nunca entendí lo de perder tiempo buscando pareja), y que empieces a devorarme por los pies. Que el viernes sea ese día de la semana que nunca sabrás dónde estoy, porque ni yo misma me encuentro entre tanta cerveza, pero que quizá el sábado queramos bailar un tango en el salón y beber el tequila de tu ombligo, celebrando que todo tiene un final. Y que el domingo, de nuevo, todo vuelva a empezar.


¿Y tú, qué quieres?


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