jueves, 8 de agosto de 2019

Me vuelvo sirena. Mi piel se llena de escamas al intentar olvidarte. Por cada suspiro, se multiplican mis células a una velocidad mucho mayor de la que deberían y comienzo a cambiar de color. Se me sonrosan las extremidades y se endurece poco a poco la piel, con la esperanza de que en algún momento alcance al corazón, siendo así capaz de no pronunciar tu nombre, de no generar ningún pensamiento tan efímero como el tiempo que no estuvimos, que se nos fue de las manos.

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