domingo, 28 de febrero de 2016

domingos



Por las despedidas en todos los andenes
los domingos.
Por las lágrimas de mi padre en la estación
los domingos.
Por volver al sitio donde hay que luchar sola
los domingos.
Por todas las camas vacías de ti
los domingos.
Por la maldita resaca
los domingos.
Por el 'hoy mejor no quedamos'
(o, aún peor, el 'hoy no puedo quedarme')
los domingos.
Por todas las tardes sin cine
los domingos.
Por los paseos eternos de soledad
los domingos.
Por la locura de mi perro
los domingos.
Por el recuerdo de cada noche de sábado
los domingos.
Por todas las risas que se transforman en lágrimas
los domingos.
Porque te echo de menos cada vez más cuando te vas
los domingos.


Y estas son las malditas razones por las que siempre odiaré los domingos. No me haréis cambiar de opinión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario