lunes, 2 de abril de 2012

Ví la noche llegar mucho antes de las seis.



Es tarde. No sé muy bien qué hacer y por primera vez después de mucho tiempo estoy totalmente sola en esta gran habitación. Y vienes a mi cabeza, Mr. Tú. Y aún no lo entiendo. Estoy en lo alto. Estoy tan alto que a veces creo que no sé volar por este cielo. Nunca estoy sola. Ni si quiera tengo tiempo para pensar en tí. Y sin embargo, hoy estoy aquí, pensando en ese tú que era tan yo.(Con la oferta arrubiada mirando la explanada...). Ya ves. Él. Alto, guapo, perfecto. Pero... ¿perfecto para quién? Tan perfecto que no es perfecto para mí. Y hoy, no sé muy bien por qué, me acuerdo de tí, y quiero escribirte, y recordar aquel verano en New York, reirnos de aquél final en el que el bueno siempre acaba mal... 


No sé cómo decírtelo. No creo en el amor. Y sin embargo, creí en lo que fue nuestro, en ese algo, en eso siempre creí. Cuán extraño es verlo todo desde aquí... Y desde el día en que no estas, ví la noche llegar mucho antes de las seis.

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