jueves, 5 de abril de 2012

Carta a un imposible.


Te llevo tan dentro que nunca he podido escribir nada sobre tí. Todas estas líneas resultan banales, simples, para lo que hay dentro de mí. Ahora, después de un revoltijo de sentimientos, decido teclear algo, decido decir algo. Son ya más de siete años. Un amor interrumpido. Otros amores. Grandes o pequeños, permanentes o fugaces, pero nunca tú... Y eso, amor mío. Eso, pasa factura. Ojalá pudiera tenerte de nuevo, ojalá tuviera aquella oportunidad de nuevo. Ojalá pudiera reconstruir esa rosa que tiré a la basura. Ojalá pudiera besarte de nuevo, tocarte, olerte... Como lo he hecho otras veces, como siempre dices que nunca acabó. Ojalá, quisieras escapar conmigo de todo esto. Ojalá, nunca me hubiera ido. Ojalá hoy estuviera allí, como cada mañana de verano, cuando sin motivo y sin razón madrugo para pasar por aquella pequeña tienda a ver si acaso estás. A ver si piensas que hoy estás listo para escapar... Porque, a pesar de todo, mi amor... Yo siempre te esperaré y así lo he hecho cada día de mi vida.








(Respira. Vive)

No hay comentarios:

Publicar un comentario