miércoles, 4 de abril de 2012

Lucille.

No se si llegas a entender que ya, no se desear de la manera tan desmesurada, inconsciente, innata que solía desear.
No se si comprendes, que me deshago en hilos de cristal, en estas sábanas que siguen impregnadas de ti.
Agonizo cada noche, rozando el camino de la indecencia y la inmoralidad. Me dejo llevar, pensando en ti, y rompo en lágrimas de placer muerto.
He de decirte querido Ed, que cautivo a cualquiera que brinde a regalarme dos horas de su tiempo, y que desde que ya no estás aquí suele ser cada noche, o día, o tarde ...
El deseo, ya no existe Ed, pero siempre podré vivir de mi propia compasión.

Lucille.






(painloveandrocknroll.blogspot.com)

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