lunes, 11 de junio de 2012


Me gusta que cuando caminamos las chicas se giren y le miren como yo haría también. Y como hago cada día. Me gusta y me llena de deseo. Y a la vez de rabia, por saber que ya no le tendré. Me gusta que le miren y luego me miren a mí, sabiendo que voy con él y aún así no puedan evitar darle un buen repaso. En ese momento le cogería, le tiraría al suelo y comenzaría a hacerle el amor salvajemente ante la mirada pudorosa de cualquiera que se encontrase en aquel lugar. Me gusta demasiado. Me gusta tanto que oigo el crujir de mi corazón cada vez que pienso que se va.

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