viernes, 8 de febrero de 2013

Donde quiera que estés

Enciendo el ordenador. No me apetece escribir, o sí, no lo sé. Estoy derrotada. Suena de fondo, espérame en el cielo, y James Dean acompaña mi mente. Te echo de menos, es inevitable. Y te quiero, por si no lo sabías. Recuerdos malditos invaden mi mente. Miles de llamadas, besos ni si quiera sé de quien. Un coche, un vestido negro y un adiós. No tengo palabras para describir cómo se desgarró mi corazón ante aquel alma desvalida que me contemplaba para decirme adiós. No tengo fuerzas abuelito para escribir todo lo que me gustaría, ya lo hice a tu lado, sé que me cogías la mano en ese instante y las palabras se fueron contigo, quedaron en tu corazón, prometo desempolvar los recuerdos y acelerar el corazón, permíteme esta noche un simple hasta mañana y una promesa de llevarte, como siempre, en mi corazón. Te quiero, abuelito. Donde quiera que estés.

No hay comentarios:

Publicar un comentario