lunes, 25 de febrero de 2013

Del amor y la pasión.

¿Qué precio tienen los sentimientos? ¿Dónde vamos a encontrar el amor? ¿Si hoy te entrego mi vida se me habrá agotado mañana o tengo aún muchas por vivir? ¿En realidad sabría decir si te quise alguna vez? 


Era tarde, la ginebra azotaba el corazón mientras atormentaba mi cabeza. Podría haber dormido sin tan si quiera decir mucho más, pero no estaba dispuesta a ello. No, aquella noche no. Tenía que decírselo. Ante todo y sobre todo, era mi amigo... Además, él podría quizá darme alguna respuesta al auténtico enigma de la pasión, una pasión no controlada quizá. Me armé de valor y comenzamos una conversación de la que sólo tengo algún destello de recuerdo y una increíble iluminación. ¿Y si quizá era la entrega descontrolada el fin de todo mi amor? ¿Y si quizá la paciencia me concediera el don del coraje? Y si... al no pensarlo si quiera estuviera quitando de mi camino cualquier verdadera posibilidad de ser feliz, de demostrar mi auténtico fin, de encajar con alguien que quiera lo que yo merezco quizá, lo que todo el mundo merece, ni - más - ni - menos...

Y entonces, comprendí que quien más me valoró, no quiso tenerme a su lado como una cualquiera, lo cual le llevó a una locura extrema al pensar que mi miedo hacía que su veneración por mí le alejase mucho más. Recuerdo sus palabras... No quiero enjaularte, pero no puedo permitir que seas una más... Maldita ilusa... Lo siento A., no eras para mi, pero sé que no me quisiste mal, espero que al menos eso te conforme.
Después aparecieron aquellos que se empaparon hasta la saciedad de mi locura, de mis precipitados te quieros , de mi poesía, aquellos que se empaparon de tener a su lado una entrega completa sin coste alguno... ¿Tiene eso sentido? Sí, quizá si lo tenga, porque el coste, no debiera ser coste, y cuando algo sucede así, supongo tiene una fecha de caducidad muy próxima al fin de la noche.
Qué curiosa y maravillosa es la vida tal vez, siempre pienso así:

"La verdadera generosidad para con el futuro consiste en entregarlo todo en el presente."

Pero quizá y sólo quizá, haya que tener cuidado, porque si se entrega todo hoy, ¿qué nos quedará mañana...? y si se entrega todo hoy... para ti, querido amor, ¿qué tendré yo mañana?
 Lo guardaré bien, en un rincón, no vaya a ser que me lo quiten y te mire con rencor...
Pero, entonces... ¿y si nunca apareces? ¿Qué haré yo con todo este amor? Al menos, mientras tanto pudiera hacer sentir bien, o tal vez no... Tal vez esa forma de entrega tan extrema llegue a ser incluso egoísta, ¡qué atrocidad!


No hay comentarios:

Publicar un comentario