domingo, 23 de septiembre de 2012

Miedo.

Tengo miedo. Tengo miedo de tener miedo. Tengo tanto miedo que rompo a llorar encima de una mesa con un color rojo improvisado que hace que las lágrimas se empapen de una manera vulgar y que casi me parece insultante. Caen encima de mi nueva agenda de piel para acabar impregnada en una sucia tela de color rojo que tuve que escoger sin mucho miramiento. Tengo miedo a no olvidarte si estoy presa de tu olvido. Tengo miedo a que me rompas el corazón. Tanto miedo que quiero dejar de escribir, tanto miedo que el regalo que estoy confeccionando deja de tener sentido. Tanto que me equivoco al escribir las palabras y tengo que parar para no empapar el papel con mis lágrimas y tengo miedo que al mostrarte mi corazón sea cuando salgas corriendo, asustado, despavorido. Tengo miedo porque no sé si yo lo hiciera. Tengo tanto miedo que resbalan por mi cuerpo gotas de sudor frío porque no sé nada de ti. Porque no te veo y porque esto no se apaga por mi parte, pero no podré nunca hacerte culpable si por tu parte no resistiera. Miedo porque no siempre hago las cosas bien, miedo porque me siento desnuda y siento que me voy a dejar caer. Puede que caiga en una zona acolchada o puede estar llena de pinchos... Y lo normal, sería salir sangrando de allí y tener que dedicarme a quitar cada espina de este infame corazón, cada una de ellas, una a una... Y me da miedo, porque sé que duele, y tengo la sensación de que esta vez dolerá. Dolerá especialmente... Y ya no sé qué hacer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario