domingo, 12 de agosto de 2012

Una heroína de cuento.



La miro. Está sentada a mi lado. Es fuerte, tan fuerte que ya nada le puede romper. Su pequeño esqueleto hace que parezca efímera, volátil, que parezca  fácilmente rompible, algunos dirían que de pasta blanda. Pero es la coraza que cubre un corazón increíble, amable fuerte y sincero. Es una heroína de cuento. Es ella. Lleva una semana sin a penas haberse apartado de mi. No hizo falta mucho. Solo una mirada. Quizá un silencio en forma de socorro y ya nunca estuve sola. Últimamente he estado realmente perdida, pero sin embargo, sabía que no estaba sola, mirase donde mirase, allí estaba ella, ofreciéndome su sonrisa, su conversación, su sensatez y su inteligencia. Me duele ver cómo a veces se pierde de una manera absurda, pero sé que lo hace consciente, sé que en el fondo sabe perfectamente el suelo por donde pisa y lo que quiere, de manera que no me asusta ni lo más mínimo. Le admiro y le admiro por estar permanentemente y a pesar de todo ahí, al pie del cañón. Con nuestros momentos, nuestras épocas. Nuestros si y nuestros no, pero al final, resultó estar más cerca de lo esperado.


No te vayas nunca.





No hay comentarios:

Publicar un comentario