jueves, 9 de agosto de 2012

Bad decisions make good stories.



A veces prefiero que me imagines así. Vulgar. Obscena. Tal y como me comporto en la cama, tal y como me conociste. A veces prefiero que me veas como aquella zorra inconsciente, inalcanzable. A veces prefiero que llegues al extremo de no olvidar nunca la protección porque no sabes con quien estuve la noche anterior. Lo prefiero. Lo prefiero antes de que sepas que te espero cada noche abrazada a mi almohada, que imagino cada día que apareces de la misma forma que desapareces de mis sueños cuando permito a la luz entrar ante mis ojos entre abiertos aún por el somnoliento olor matinal. Prefiero que no sepas que soy y seré mujer de un solo hombre. Que desde que te probé no he vuelto a degustar ningún otro sabor, que ya no tengo lágrimas de desamor, no hay dolor, hastío, se evaporaron las lágrimas de placer muerto para que mis ojos se bañasen en la profundidad de un océano que sólo proyectan cuando estás muy dentro de mi, ante el silencio de la noche y un grito seco en mitad de la nada, acompañado de una vibración redundante y un orgasmo prolongado, prolongado en el espacio, en el tiempo y en cada uno de los universos paralelos en los que crees. En todos y cada uno de ellos. De manera, que prefiero cantar una melodía desafinada y decirte : que me vuelvo vulgar al bajarme de cada escenario. Y así, en el fondo quieras agarrarme bien fuerte no vaya a ser que me quisiera ir. Y así, en el fondo, asustarte, asustarte tanto como yo lo estoy y que decidas salir corriendo y me libres de cualquier responsabilidad que pueda tener. Pero... en el fondo, me conoces, lo puedes leer en mis ojos. Simplemente no quieres creer. Pero como alguien muy sabio me dijo:

Bad decisions make good stories.

Así que decido teclear un batiburrillo de sentimientos y sucumbir ante la idea de tenerte para siempre 

2 comentarios: