Vivo en una ciudad invadida por las estrellas
en verano. Donde los atardeceres tienen
al menos cinco colores distintos, y las tonalidades
de azul son tan variadas, que cualquier poeta
enamorado del mar, tuvo que haber visto el mismo
cielo que yo.
Vivimos en la misma ciudad y la describes como yo frente al tótem del café del mar
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