viernes, 19 de junio de 2015

Te quiero
contar que eres esa razón por la cual
podría perderla. Y la pierdo.
Creo que ha vuelto a latir mi corazón
de los quince. El de los besos en el
portal, los paseos a deshoras, y el
amor desconocido. La sonrisa sin
que se note. Las palabras que se escapan
de tu boca y chocan contra mi ombligo,
donde disparan un ejército de mariposas
que creí que eran vulgares gusanos que solo
me consumían por dentro. Y no. Es tu voz
quien hace volar sus alas por dentro de mí,
y entonces, vuelo con ellas cuando salgo
a mi balcón como Julieta y no te espero,
y ahí estás: buscándome como yo
te he buscado toda mi vida. Y ahí está:
tu sonrisa, esperando a que baje por la escalera
de tu vida y te rompa los esquemas. Y esa forma
tan correcta que tienes de existir. Y es que no
sabes que el placer se encuentra en un baño
desnudos al atardecer en medio de un valle,
rodeados de gente que mira atónita nuestra
vulgar existencia. Pero prometo que yo a ti
te quiero
enseñar
a volar
como mis mariposas.




No hay comentarios:

Publicar un comentario