jueves, 11 de junio de 2015

Día 7 después de ti.



Día 7 después de ti.



Hoy te he visto. Y se han vestido
de otoño las calles en junio,
al caer todas las hojas de los árboles
a tu paso. El sendero se ha vuelto del
color de tus ojos y el cielo de un color
gris infierno. Como el que vivo cada día
que pasa sin ti. La lluvia ha camuflado
mis lágrimas al intentar besarte desde
tan lejos. Y he caído en la certeza de que
ni siquiera eras tú. Era mi mente imaginándote,
y esta tormenta que huele a vida mojada,
y torrenciales de violencia en forma de gotas
de agua cayendo sobre mis piernas que ya
no caminan, porque sin ti han perdido el Norte.
Y el Sur, y el Este. Solo se giran hacia el Oeste
porque es donde está tu casa. Y rezo, como
un musulmán mirando hacia la Meca, a tu
residencia, como si un dios, tú
me fuera a escuchar, y traerme de nuevo
los días de abril, donde aún no llegaba el invierno
y eras tú quien florecía cada amanecer
entre mis piernas. Y un latido acelerado
anunciaba el comienzo de un nuevo día.
Ahora no hay latidos, ni tan siquiera hay días.
Creo que debo haber muerto,
porque la vida no sabe a nada.




Fotografía: Robert Frank Los Angeles 1956

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