jueves, 3 de octubre de 2013

Wake me up when Octuber ends

Hace poco leí que Setiembre era como una copa aguada, como un gol en el descuento. No eres tú, soy yo... Decía el guardián. Pues bien, para mí, mi fin de un amor de verano, mi saludo efusivo a alguien que no se acuerda de quien soy, el amigo que se olvida de tu cumpleaños o la madre que no se ilusiona al recordarte de niño, para mi todo eso es Octubre. Octubre, ha pasado de ser subrayado en mi calendario como El Mes, inigualable, insuperable, todo el año esperando... El mes en el que yo me hacia más grande, el mes en el que recibía un pedido de caramelos en una caja grande de color blanco, que tenía por todos lados mi apellido, una caja llena de caramelos de la mágica fábrica de caramelos de mis tíos del Sur. Ha pasado de ser el mes en el que todo es posible, al mes en el que siempre alguien falla, el mes en el que a la familia se le olvida y el mes en que "a este sitio acabo de llegar es normal que no se acuerden" después de cada una de mis ocho mudanzas en los últimos siete años. Ha pasado a ser el mes en el que todo es posible, todo, desde que descubra que el amor de mi vida no va a venir, que ya no está nunca más, que aunque no haya tenido el detalle de comentármelo ha decidido irse, hasta ser el mes en que todo falla. Supongo que las expectativas tan crecientes de los últimos 20 años tienen mucho que ver. Pero todo cambia, y cuando todo gira en un sentido tan contrario no puedo evitar decir....

Wake me up when October ends.

Ojalá esto fuera posible 

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