sábado, 19 de octubre de 2013

La Primavera de Otoño



Eres como la primavera.
Despierto y eres una ventana llena de Sol.

Me calientas

y tus olores me hacen reír y saltar sin parar, tu temperatura hace que quiera desnudarme sin pudor, sin pensar que aún quedan días de frío por venir, y entonces... justo cuando más primaveral me siento, comienza a llover.

Lluvia a torrenciales, truenos, relámpagos. 

Me gusta la lluvia, pero cuando estás a mi lado,
o cuando la miro desde el cristal.
No me gusta cuando tengo que salir de casa bien arreglada camino de alguna reunión. Calada hasta los huesos, comienzo a llorar, dándome cuenta de que todo había sido un espejismo, y ... Justo en ese momento, cesa de llover, y mi ropa húmeda comienza a calentarse con algunos rayos de Sol.
Y... aparece, aparece el maravilloso arcoiris de tu sonrisa. ¡Joder! Cómo me gusta tu sonrisa. Cómo me gusta el arcoiris... Y me quedo admirando aquella obra de arte y ¡resulta que aparece otro! Un doble arcoiris justo en medio de la lluvia. Y yo calada... Pero tú eres una maravilla. Y no sé qué hacer. El arcoiris desaparece y yo vuelvo a casa empapada, me cambio e intento concienciarme de que quizá aún queden restos del invierno. No puedo pensar que va a ser siempre primavera. La sonrisa se borra de mi cara al percibir este pensamiento, pero salgo a la ventana y observo que las rosas comienzan a florecer y que las cigüeñas picotean en sus nuevos nidos, y que el suelo se seca un poco...
y que huele a sensaciones,

y que el invierno se ha ido...

Sí, el invierno se ha ido, ¿pero crees que llega ya la primavera? Dime que sí.

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