sábado, 4 de abril de 2015

Intranerso.



Estabas loca. Esa locura contagiosa, agradable al principio, y que nunca sabes por dónde te va a llevar. Yo ya intuía que eras una chica tóxica, pero te ponías a hablarme de Sabina y de Louis C.K. y de Palahniuk y del Cinque Terre y me dabas besos en la nariz después de reírte y Madrid entera te hubiera follado.
Y ahí terminamos, en mi cama. Aunque antes habíamos terminado en aquel portal que olía a recién pintado. Y es que estaba recién pintado. Desde esa noche tengo el corazón un poco más roto y unos vaqueros llenos de pintura blanca.
A veces buscamos sentir más de lo que deberíamos.
Pero espero no aprender jamás esta lección.


-Carlos Miguel Cortés. Intranerso-

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