miércoles, 4 de enero de 2012

.Inocencia


Como una quinceañera, su corazón late fuerte y sin parar... Cada vez que ve su número de teléfono reflejado en la pantalla sucede, pero más justo en ese momento en que estaba pensando en él.
Pensaba en que ya era tarde, que el daño ya estaba hecho, que había caído y que no había hecho nada por evitarlo... Pensaba en y ahora qué... En cómo ir deshaciendo poco a poco todo... Y en si lo iba a conseguir... Y de repente, le ve en su pantalla. Nerviosa e inquieta, corta la música como puede y descuelga el teléfono. Sólo quería saber cómo está. El corazón late más fuerte. Pero consigue domarlo, total... no es nada, ya pasará. Y cuando le hace la proposición, quiere saltar cual comedia romántica, quiere chillar, quiere decir, bien! Ese bien acompañado de un gesto de Victoria. Y la sonrisa le ilumina la cara y no sabe qué decir. Y casi corta la llamada, de los nervios. Hablan poco y quizá es lo mejor. Cuelga y el corazón sigue latiendo. Qué absurdo! Piensa.... Y se ruboriza de lo que está pasando.
Pero el corazón aún late. Y hoy, ha recuperado la sonrisa, pase lo que pase mañana...

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