domingo, 8 de enero de 2012

Genuino o no, al final todo es lo mismo.





"Sobre tí se han escrito las mejores historias, los mejores libros... En tí están basadas las mejores películas. Eres el tipo de chica que inspira las mejores canciones de amor".

Aún vivo atormentándome con aquellas palabras que me dijiste una vez y aún escucho mi plegaria entre sollozos, mi confesión... Diciéndote que sólo quiero ser una persona de esas que no se salen de la línea, que desean ser de esas personas que inspiran, sólo deseo ser normal... me recuerdo contándote cómo gasto mis energías cada día intentando ser algo más normal... Estar dentro de ese círculo, entrar dentro del maldito rebaño del que todo el mundo quiere salir... Pero, ¿sabes qué? No es posible. Naces fuera, y te quedas fuera para siempre. Y a tí te gustaba eso... Pero a mí no me gustaba, a veces, no me gusta... A veces sólo quiero ir por la calle y tener que esconderme de mis padres que pasean juntos por la calle porque estoy fumando un cigarrillo... Aveces deseo tener límites, prohibiciones, haberlos tenido desde siempre... A veces, deseo tener ganas de irme de mi casa porque estoy harta de mi familia. Deseo estar harta de reuniones familiares, y de tener que escuchar siempre lo mismo. A veces estoy harta de ser mi propia inspiración para una historia dramática, que comenzaría con una chica de veintitrés años soplando una vela sola en su casa y atiborrándose a Roscón de Reyes un seis de Enero porque su vida es solitaria y no lo quiere aceptar. He nacido fuera del rebaño, pero mi corazón me pide estar dentro... Pero ni tan si quiera dentro, sabría cómo comportarme, porque ni si quiera soy así... no me han hecho así. Y sufro por amor... A veces por un amor imaginario porque soy inestable. Y me atormento nuevamente por ello cuando pienso en la inestabilidad, pienso que no he durado ni tan si quiera un año en cada una de las casas en las que he vivido. Inestabilidad. La inestabilidad provoca desconfianza e incertidumbre. Y las anteriores provocan temor. Miedo. Miedo a la soledad. Miedo al fracaso. Miedo a la vida. Miedo a ser tan diferente que mi pequeño corazón no pueda aceptarlo....A veces mi psicóloga me mira con ternura, a veces intenta hacerme comprender que es normal, y a veces me mira extrañada pensando... Con lo que tienes, podrías ser grande... pero no lo quieres, quieres ser parte del rebaño y has nacido para ser una maldita estrella. Pero eso tiene su precio... Y no lo estás dispuesta a pagar. A veces no sé lo que quiero y me muevo por instintos, y los instintos son los que me han enseñado, y consigo mi vida inestable, y maravillosa, pero solitaria, y me paso tres días llorando, y lamentándome  por no tener lo que tiene todo el mundo...

Y sin embargo, escribiendo estas líneas, me vuelve de nuevo la ilusión, ilusión por existir... Porque parte del rebaño o no, todos somos diferentes, puede que algunos algo más... Pero, quién sabe cómo acabará todo. De momento, disfrutaré de la locura que me ha producido provenir de una familia desestructurada y algo caótica. Disfrutaré de las historias que produce mi cerebro. Disfrutaré de la existencia porque la creatividad es genuina, es totalmente excepcional es un verdadero Don. Y los Dones no se pueden dejar dormidos.

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