martes, 5 de noviembre de 2013

Lo que sea, menos morir de amor.



Todos los besos que te debo
los estoy transformando en exceso
de café,
chocolate
y golosinas.

Yo que iba a dejar el café,
yo que nunca tomo chocolate,
yo que odio las golosinas.
Son las cinco de la tarde
y estoy tomando
café con regaliz rodeado de azúcar.

Un sorbo de café,

una muerte de azúcar

y todo porque te vuelvo a ver.

Y hoy es nuestro último día, nuestra última vez.
Lo sé,
esto se tiene que acabar y tú también,
Lo sabes.

O acaba o moriré de diabetes,
 de un exceso de azúcar o de mal de estómago.

Lo que sea menos morir de amor,

Lo que sea.

2 comentarios:

  1. Decía Bukowski "Encuentra lo que amas y deja que te mate", Morir de amor es una mierda pero que te maten de amor, joder que te maten de amor debe ser la polla. En fin que venía por aquí (antes de degustar tus versos)para decirte que a veces, muchas, me cuesta escribir e incluso pienso que tampoco merece demasiado la pena, sin embargo con tu comentario de hoy no solo es que me haya valido la pena, es que mi poema se arrodilla antes tus palabras a lamerle todas las letras. Un abrazo y gracias, muchas gracias.

    ResponderEliminar
  2. Como dijo Rilke: Adéntrese en sí mismo. Investigue usted el motivo que le impulsa a escribir; averigüe si extiende sus raíces hasta lo más profundo de su corazón, compruebe si se moriría por fuerza si no le fuera permitido escribir. Y sobre todo, esto: pregúntese a sí mismo en la hora más silenciosa de la noche: ¿debo escribir? Excave usted en sí mismo en busca de una respuesta profunda. Y si ésta resulta ser afirmativa, si tiene usted que salir al encuentro de esta seria pregunta con un fuerte y sencillo «debo», entonces, construya usted su vida conforme a esta necesidad.

    Querido Ernesto, no te engañes… por mucho que "no te merezca la pena", siempre escribirás. Porque no lo haces para los demás, si no para ti mismo, lo poco que te conozco es lo mucho que te leo, y ya con tus versos puedes dibujar un boceto de tu alma, aunque no te guste saberlo, aunque ni si quiera te guste hacerlo. Pero si necesitas un halo de esperanza, te regalo las noches que paso imaginando a Laura e imaginando cómo matabas de amor, cómo matar de amor podría ser bueno, o cómo almas errantes se pierden en la eternidad de una utopía, entre risas de aquellos que cuentan que en vez de querer tanto, deberíamos querer mejor. ¿Se puede querer mejor que muriendo y matando de amor? Por lo visto sí. Pero si yo quisiera mejor, no podría escribir, no me merecería la pena, porque al fin y al cabo todos los que escribimos o leemos con tanto desamparo, algo extraño tenemos. Escribe, escribe aunque sólo sea por mi. Escribe aunque sólo sea por ti. Te lo ruego. Nos vemos entre líneas.

    ResponderEliminar