sábado, 16 de noviembre de 2013

Donde perder el sentido.



Quiero pasar las tardes tontas de Domingo acurrucada en tu pecho, los sábados eternos de resaca, con tu cabeza en mi almohada, quiero que la vida siga sin tener sentido pero sabiendo que tú estás junto a mí. Quiero que roces mi eternidad con tu tacto y que fusiles mi mirada con tu aliento, quiero que me cojas fuerte, tan fuerte que todas las piezas de este corazón roto vuelvan a unirse. Quiero que los días eternos se consuman con tu presencia y que no me quede tiempo, que necesite más porque quiero vivir entre tus brazos. Quiero que sepas que no fue un espejismo y que yo sigo aquí esperando, esperando a que un día decidas darte cuenta de por qué estaba yo aquella mañana en aquel lugar y justo en ese momento, justo a la altura del reloj de arena, que sepas por qué se activaron mis alarmas y por qué estás equivocado. Lo estás, porque es aquí donde tu alma te espera, es este tu sitio, el lugar donde descansar después de un día duro, donde coger fuerzas a media mañana y donde pasar un día absurdo y perder por completo el sentido. Y la razón.

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