martes, 24 de julio de 2012

Si el corazón funciona por libre, estamos perdidos

Aún sólo de pensar en él me late fuertemente el corazón. Si tan sólo se hubiera acercado a aquel humilde café... Estaba yendo demasiado lejos, pero me gustaría tener algo de él una vez más, antes de irme. Ni si quiera sé por qué. En el fondo de mi alma un duendecillo reza porque no me diga nada hasta la semana que viene y asi mi alma y mi cuerpo se desnuden en una playa de Castellón sin mucho miramiento, pero al corazón, o a esta cosa rara que tengo yo a la izquierda de mi pecho y que bombea fuertemente un liquido extraño a las arterias del corazón, a ese... Nadie le manda. Funciona por libre.

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