jueves, 7 de diciembre de 2017

Sé exactamente en qué momento se me congeló el corazón. Y por qué. Cuándo me di por vencida. Cuándo me ganó la vida. Lo sé porque sentí un peso enorme en el pecho, como una piedra. Luego el estómago se hizo un nudo, y no volví a amar a nadie más. Fue justo ese día. Cuando la única persona que nunca me había fallado, también falló. Porque las personas fallan, ¿sabes? Y no pude reparar mi error. Ya sé que un corazón de hielo es más fácil de romper, pero no hay nadie que se atreva a entrar en él.

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