jueves, 7 de diciembre de 2017

Hoy es siempre todavía.

Después de pasar por un mal momento en la vida, de esos de los de "de esta no salgo", (y saliste), nos castigamos fuertemente por ello. No nos permitimos desear algo más porque tener lo justo ya es lo mejor que nos podría haber pasado. ¿Por qué nos hacemos esto? ¿No deberíamos desear con más ahínco la vida? El miedo nos mantiene atrapados en un confort que creemos nos asegurará no volver a pasar por ese mismo daño. Nos negamos a intentar, a arriesgar. Es tan grande el dolor vivido que no nos deja avanzar por si volvemos a caer. Es el miedo que nos impide poner el otro pie, por si el suelo se vuelve inestable. De nuevo. Por si es peor. Por si esta vez caemos del todo. Por si ya no nos quedan fuerzas. Olvidamos todo lo que fuimos, por lo que podría llegar a ser. Sin recordar que ahora somos más fuertes, más rápidos, más capaces, más nosotros que nunca. Sin recordar que la vida está ahí, dispuesta a que vuelvas a mirarte al espejo y decirle, ¿qué, nos la jugamos de nuevo?
¿Y si vuelve a pasar? Pues bien, si vuelve a pasar te vuelves a levantar con lo ya aprendido. Y yo te preguntaré algo más: ¿y si no vuelve a pasar? ¿y si te lo sigues negando todo? ¿y si por miedo a morir (que al final siempre sucederá) te niegas a vivir? ¿podrías perdonártelo? porque yo no. Así que sal de ahí, de donde quiera que estés metido y juégatela. Pero juégatela del todo. Dile a esa chica o a ese chico, lo mucho que te gusta, o la poca intención que tienes de olvidar lo que no merece ser olvidado. Lucha por el trabajo de tus sueños. Por todo eso que llevas una vida construyendo y no esperes más. Levántate cada día como si fuera el último. Porque tú más que nadie sabe que algún día lo será. (Ya te lo han dicho muchas veces). Coge ese tren que un día perdiste. Bébete la última cerveza que aquella noche no tomaste. Llama a tu madre. ¿Cuántos días llevas sin llamar a tu madre? Di te quiero. Perdona. Perdónales a todos, aunque solo sea por joder. Y vívetelo. Por ti, única y exclusivamente por ti. Y por todos los que un día te agarraron de la mano y te hicieron fuerte. Di gracias. ¿Cuánto tiempo dura esa palabra en tu boca? ¿Dos segundos? Sus efectos son para toda una vida. Así que coge esa vida y haz que sea un para siempre. Porque no vas a tener otra oportunidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario