sábado, 16 de mayo de 2015

Te beso y me voy.

Me dices con voz
dogmática que la poesía
ha de remover conciencias.

Y yo, que la perdí allá por diciembre
te beso los labios y sonrío
esperando desviar tu inteligencia.

Y cierro los ojos,
y veo seis mil cuerpos vagantes
en un mar. A la espera de entrar
en el infierno. En busca de la vida
que no perdieron en el océano.

Y yo, que perdí la vergüenza
allá por enero, me enfado.
Y grito 'cabrones' a los ministerios.

Y ahora, que se acerca un veinticuatro
de mayo. Y que gastamos ese dinero
que la educación requiere
y la sanidad suplica
en carteles de colores que nos apartan
los ojos de las mentiras de un programa
electoral
para que no tomemos represalias
después de cuatro años
de victoria y dinero en sus bolsillos.

Ahora,
yo,
me enfado.

Y una voz radiofónica me cuenta
que ha muerto el rey del blues.
Y me enfado. Porque su
'Rock me Baby' (que adoro)
no me resuena a nada
cuando miro las caras de esos seis mil cuerpos
abandonados.
Y aparece una foto, de un niño
en Siria:
su cabeza, no mide más que mi dedo.
Y me enfado.

Y te he escrito un poema,
que no hace tomar conciencia.
Y ni siquiera grita cuando me enfado,
así que mejor recojo mis cosas
y me voy.




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