sábado, 17 de diciembre de 2011

Desastre tardío.

Después de una tarde insípida y malgastada. Encerrada entre estas ocho paredes, enciendo la radio que viene incorporada en el Transmisor Digital Terrestre e intento poner algo de música clásica, para ver si Vivaldi, Mozart, Bethoven o cualquiera de los nuevos genios me echan una mano con ésta mi pésima concentración, y resulta que en el canal de la música clásica no dejan de parlotear, de eso que tanto molesta. Voces hablando de algo que no te interesa, no hay nada peor que eso. Y acabo escuchando cadena Dial, la que yo llamo, Cadena Mortal, y mira que me gusta... pero te lleva a morir,  y sigo acordándome de tí y del lío en que estoy metida y del cómo se lo voy a contar a mi psicóloga el próximo día que la vea. No sé por dónde narices voy a empezar. El caso es que ni si quiera estoy hecha un lío, simplemente estoy metida en él. Y no sé muy bien cómo salir. O sí lo sé, pero no me da la gana, porque estoy simplemente a gusto, y tranquila. Recordaba aquellos días en que los nervios se llevaban toda mi tranquilidad y la tristeza me robaba la sonrisa, y no sé cómo pudo pasar y cómo ahora controlo todo de esta manera tan fácil, tan cómoda... No sé cómo ha pasado... son las doce y cinco y he dejado atrás a mi príncipe y ando buscando a alguien nuevo, a quién no le importe que a media noche me convierta en una simple doncella, con un vestido roto, el pelo con restos de grasa de limpiar, y que vaya cantando con los pajarillos de allí para acá. No quiero el príncipe con el que tengo que salir corriendo a las doce, para que no se dé cuenta de quién soy en realidad. Quiero ir al baile con el mejor vestido, y que si de repente, todo desaparece, siga siendo igual de maravilloso...


2 comentarios:

  1. Alguien me dijo una vez esta gran frase:"Lo que hoy es pus, mañana es costra". Absolutamente cierto, te lo aseguro. Besos, reina.

    ResponderEliminar
  2. Gracias Rous! Tú, como siempre, no dejas de enseñarme!! Un beso!!

    ResponderEliminar