en la ventana
tomando el Sol.
Un verano entero
y Junio
no ha hecho más que empezar.
Lleva un verano entero
y yo
no me lo puedo explicar.
Dice que te espera.
Se lo prometiste.
Y él,
tiene que esperar.
¿Por qué le creíste
perro tonto?
Pregunto yo.
-Me miró a los ojos,
donde la verdad
se esconde.
Yo, le tengo que esperar-.
Repite y repite sin cesar.
Me voy cada mañana y él te espera
y espera
y espera
y espera
y espera.
Mi perro siempre
encarnó
lo que mi cabeza
a mi corazón
nunca dejó contar.
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