Días como hoy
pienso en él.
Y es el único instante
en que me siento libre.
Hace tanto tiempo ya
que a penas recuerdo
algún atisbo de su cara.
Es, sin embargo, su mirada
lo que me mantiene viva.
Soñando que vuelve
a acariciarme
mientras duermo
el corazón.
Y lo recompone
trozo a trozo,
sin que a penas
me dé cuenta.
Provocando huracanes
al otro lado del océano,
temiendo que algún día
pueda dejar de amarme.
O aún peor:
que no pueda
volver a verle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario