¿Qué sucederá cuando las balas no reboten
y los malos sean más fuertes
y volar no sea tan fácil
y conozcan nuestros planes?
-Izal-
Tiene la mirada triste,
el gesto enfadado
y la risa constante.
La primera vez que la vi
pensé haber encontrado
a la persona más feliz
sobre la Tierra.
Cuando me acerqué a ella
y logré ver sus ojos
creí que me ahogaría
en medio de ese océano
de dudas y tristeza.
Quise huir, lo juro.
Pero entonces: su boca
comenzó a hablar
y fui testigo
de su lucha constante,
de su verdad,
de su camino empedrado.
Y me quedé a su lado.
Pero sus ansias de libertad
y su miedo incesante a las heridas
que su vida pudiera hacerme
consiguieron echarla de mi lado.
Nunca quise atraparla
y nunca le creí capaz
de hacerme daño.
Pero quizá fue eso:
mi forma de subestimarla
lo que le hizo huir
para siempre de mis manos.
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