"Una estrella brilla por sí misma, pero muchas veces la soledad la condena."
Louise Brooks
Y están lejos, su luz siempre llega tarde, y los mortales las admiran y envidian a partes iguales ya que siguen dando luz, incluso miles de años después de haber muerto.
Nunca supe si realmente merecía la pena ser una estrella: si no tenía boca para reír, si siempre llegaba tarde a tus despedidas, si nunca podía abrazarte.
Y tú, vuelves a llamarme hija de la Luna, y me dices que mi luz alumbra tus noches, que mi presencia mueve tus aguas, que mis cambios marcan tu vida, y yo me muero de miedo.
Nunca quise ser una estrella.
Nunca supe si realmente merecía la pena ser una estrella: si no tenía boca para reír, si siempre llegaba tarde a tus despedidas, si nunca podía abrazarte.
Y tú, vuelves a llamarme hija de la Luna, y me dices que mi luz alumbra tus noches, que mi presencia mueve tus aguas, que mis cambios marcan tu vida, y yo me muero de miedo.
Nunca quise ser una estrella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario