Tengo una cicatriz que me recuerda que soy rara,
la piel morada de tanto intentarlo,
lágrimas a punto del suicidio
y la sonrisa a medias,
tres lunares en mi pecho izquierdo
y un mundo en mi ombligo,
un infinito tatuado en mis muñecas,
a la incertidumbre entre mis piernas,
marcas del amor en mis rodillas,
raíces en mis tobillos,
y alas
en mis pies.
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