Brebaje maldito que
acelera el corazón.
Brebaje maldito que
para, que hiere, que mata.
Julieta, ¿por qué?
¿por qué dejaste que
un falso boticario
llenase mis días de
angustia, Julieta?
Tú, inocente alma
perdida.
Tú, que pensaste que aquella
solución,
Sería sin más tu
única salida.
Tú, inocente alma
desvalida.
A ti, que te pudo la
vida
El pudor, la avaricia
y la envidia
De todos aquellos que
asediaban cada día un nuevo amanecer.
Tú, querida Julieta,
Amor de mis amores,
Luz de mi atardecer.
Decidiste entregarle
el alma al demonio
A cambio de una falsa
promesa de vida, esperanza y júbilo.
Tú, mi amada Julieta
Tú… que todo lo
quisiste.
Tú, que todo lo
tuviste
Yaces hundida en esta
fría piedra
que te roba la
dignidad
que te roba toda la
bondad
al verte poseída por una
réproba mezcla
de la que confiaste
aguardaba felicidad.
Tú, mi maravillosa
Julieta
Que todo lo quisiste.
Tú, hermosa niña,
En las manos de esa
droga te perdiste.
Me niego por tanto,
al abandono de tu alma
Me niego al abandono
de tu cuerpo
Y me uno a ti en este
frío invierno
que palidece raudo tu
rostro.
Me uno y me entrego.
Dejo que esta droga
conquiste diligente mi cuerpo
Hasta que perdida la
inocencia con tu muerte
Me lleve allá donde te
halles tú, hermosa Julieta.
Bebo así de tu
locura, bebo así de tu veneno.
Bebo así y en una
vesánica dosis,
Subo al cielo
Para sepultar mi piel
bajo tus huesos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario